22. el amor

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-Buenas noches- se despide mi madre - ah y acuérdate de que mañana es el cumpleaños de Karen vale? - dice mientras cierra lentamente la puerta. Joder, mañana tendría que verle, verles y fingir una sonrisa completamente falsa.

En cuanto me levanto por la mañana, llamo corriendo a Leonie, con la esperanza de que me pueda salvar de la horrible cena que tendremos dentro de tan solo 10 horas!!!

-Tíaaaa, no me dejes sola, no puedes ir otro día al evento ese de tu padre?- paseando por el pasillo y haciendo pucheros.

Me voy a tener que comer todo el marrón sola, Emma está de viaje escolar por ahí y a Ethan le dejan saltárselo por tener entrenamiento y mañana partido. Esta noche solo estaremos los Wilder, mis padres, S y yo.

Tic tac tic tac tic... 19:00

Salgo de la ducha y me pongo una falda de blanca y una sudadera azul marino de mi hermano, no llevo nada debajo, salvo un sujetador de encaje negro un poco sucio la verdad. Me peino con mi moño habitual y me maquillo un poco con sombras marrones e iluminador. Me pongo base para tapar mi acné (que a veces olvidamos que es lo normal y a todos nos salen granos), un poco de colorete de tono suave, rímel negro y brillo transparente.

Bajo a poner la mesa y me siento en el sofá para leer un libro Orgullo y prejuicio. En los libros todo es perfecto, un chico, una chica, se enamoran y vivieron felices para siempre. Ella es fuerte y nada puede con ella, él se preocupa y la cuida, al final se dan cuenta que están destinados el uno para el otro y crean su propia historia juntos sin importar las opiniones de los demás.

En la vida real, existe el sufrimiento, la soledad y los finales NO felices. Enamorarse en la realidad es como un cristal que te atraviesa poco a poco y se clava en tu corazón cual puñal y te penetra tan adentro que te quedas colgando de sus manos y ya no sabes qué más hacer para recuperar por fin tu libertad. Muchas personas le tienen miedo al amor, le tienen miedo a herir a alguien más, le tienen miedo a morir por el camino, le tienen miedo a perderse y no poder encontrarse más. Ese es el amor, un reflejo de nuestros deseos y miedos que se fusionan para crear una sensación horrible que te invade el pecho cuando él entra por la puerta y no te deja ni un momento.

Tenías que ser túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora