28. el vídeo

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Poco más tarde, él entra en el baño, sin saber que hacer, da una vuelta. Yo estoy sentada en la tapa del váter, tapándome la cara roja con ambas manos.

Viene hacia mí, me levanta, me coge en sus brazos y me susurra al oído:

Para mí eres perfecta, no necesitas cambiar, pero todavía no estoy seguro, me da miedo intentarlo y fracasar...

Pues entonces, olvídate de mí, quiero estar contigo pero no así, no quiero ser tu marioneta con la que pasas el rato siempre que tú quieras -


Me voy, abandonándolo en el baño. Oigo gritos y un cristal rompiéndose. Corro y cierro la puerta a mi paso, dejando todo aquello atrás, todo lo que temía...

Aunque siempre huyamos de los problemas, en realidad, los estamos afrontando porque tomamos el riesgo de dejarlos allí, solos, sin nada. Que vagan perdidos, corriendo detrás de nosotros mientras intentamos con todas nuestras fuerzas no ser capturados y nunca resolverlos. Que se queden ahí nuestros miedos, que se queden abandonados y sin dueño. Porque nadie los quiere, nadie les muestra amor, nadie se atreve a afrontarlos

- 6 de Diciembre

Cuando por fin encuentras a esas personas que lo dan todo por ti y tú por ellos, esas personas con las que puedes ser 100% tú, esas personas que pase lo que pase van a estar ahí; nunca debes perderlos. En muy poco tiempo les cogí cariño y desde entonces nos habíamos vuelto inseparables. El club de los pringados, los que habían sido rechazados y se habían juntado. 

¿Muy de película y esas cosas no?

Eso mismo he pensado, demasiado perfecto, demasiado superficial, demasiado visto, demasiado...

Matt, Ashley, Howard, Marlow, Isabella, Sophie, Ashton y Lana. 

El club de lectura poco a poco se fue ampliando, unos que llegaban y otros que se iban, nos lo pasábamos muy bien juntos pero también sufríamos todos. No era tóxico, simplemente era un grupo. Al fin y al cabo, eran mis amigos. 

Nos veíamos pocas veces, pero cuando lo hacíamos todo era perfecto para mí, me sentía libre, me sentía YO.

Me había quedado pensando sobre lo que me dijo S, sobre su pasado y lo que había hecho. Quería saberlo, necesitaba saberlo. Estuve en mi cama, leyendo y pensando en él todo el rato. Al final, me decidí. Me levanto a coger mi móvil, lo desbloqueo y mando un par de mensajes al grupo. El grupo siempre se enteraba de todo y sabía todo. Así de fácil era hoy en día todo, un simple click y la gente podría conocer todo de ti. 

Me tocó esperar media hora, cuando oigo el sonido de una notificación. Atravieso el pasillo desde el baño hasta mi habitación y cojo el móvil. Mis manos temblando, con miedo a lo que pueda ver, mi dedo pincha tímidamente sobre el vídeo, cuando este se abre. 



Tenías que ser túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora