26. la cita (pt.2)

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Abre la puerta del microcart rojo, las calles están vacías, tan solo están las farolas encendidas. Miro por la ventana el paisaje que la noche deja.

Suena música por lo bajo mientras conduce hacía no sé donde...

Me volteo y él me está mirando

No me mires así... - me quejo

Así cómo - contesta

No sé, así como si... nada, déjalo -

No enserio dime, no me dejes con la intriga -

Ah mira, ya somos dos -

Nos reímos los dos mientras vuelvo a fijar mi cara hacia la ventana. Se para en seco delante de un aparcamiento cerca del parque.

Ah que guay no, nunca lo había visto, ¡qué planazo! - digo en tono irónico

¿vas a dejar de quejarte por todo de una vez? -

Abre el maletero y saca una manta, algunas cosas de comer y una botella de champán.

Bueno, esto es mucho mejor de lo que me esperaba -

Saca un plato con fresas bañadas en chocolate, una tabla de quesos con pan y unas aceitunas. No me lo podía creer todo era demasiado perfecto tenía que haber algo encerrado. Sonrío y él me sonríe. Hablamos un poco de todo, de tonterías. Me tumbo y me apoyó en su hombro. No quiero fastidiar el momento pero no puedo quitar de mi cabeza lo de aquel día en la discoteca.

¿Qué somos? - lanzo de repente

Personas, chico y chica -

No, no me refiero a eso, ya sabes, ¿qué es lo que tenemos?

No sé, pero por qué las tías os empeñáis a ponerle etiquetas a todo que más dejar que el momento fluya y ya - contesta en tono borde.

Joder no te pongas así, siempre lo haces, para - me pongo de pie mientras el me sigue

¿Cómo siempre? -

Sí, eres muy contradictorio un día me quieres besar y al otro no me puedes ni mirar, decídete de una vez Spence, no puedo seguir así - levanto la voz - es qué en serio, qué quieres de mí no te entiendo de verdad, eres imposible y ...


Justo antes de que termine la frase, me coge la cara con las dos manos y sus labios se lanzan contra los míos. este beso sí que era de verdad, no como el de la discoteca, era un beso perfecto con el que toda chica ha soñado de pequeña.

Así que soy imposible eh? - dice relamiéndose

Si - le contesto empujándolo suave para atrás

Me pones demasiado cuando te enfadas -

No me digas eso S -

¿Mañana lo repetimos en mi casa? -

Jajaja mas quisieras, no voy a hacer todo lo que me digas solo porque me has dado un beso, curratelo más...

Se arrodilla enfrente y empieza a hacer pucheros y ponerme cara de pena.

No vale, así eres irresistible - Nos reímos los dos.


Subimos al coche y en menos de un cuarto de hora ya estamos en mi casa, abre la puerta del coche y salgo. Él abre la ventanilla y le digo:

Mañana a las 6 y aviso de que no llevaré puesta una camiseta y ropa interior -


Busco las llaves dentro de mi bolso, abre la puerta de mi casa y subo a mi habitación. Empiezo a bailar y a dar saltos alrededor. 

Tenías que ser túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora