Ahora Soy Yo

Capitulo 3.

Había pasado más de una semana desde que Sakura fue con Shizune y le pidió que la ayudara con su entrenamiento, desde entonces no ha visto al resto de su equipo y mucho menos a los de su generación.

Nada era fácil, el Ninjutsu médico dependía de un control casi perfecto del chakra, eso para ella no era complicado, lo difícil venía de la poca resistencia que ella poseía; porque sí, había veces en las que se tardaba horas para hacer el trabajo bien y eso que solo se trataba de revivir un pez, al terminar se quedaba sin chakra, sin energía física y mentalmente agotada.

Su actual mentor se ha dedicado a trabajar más con su rendimiento físico, la rutina consiste en correr desde las 5am hasta las 6am, luego de eso se encuentran en unos de los campos de entrenamiento y practican un Taijutsu sencillo pero práctico, ahora entendía como a pesar de no ser una kunoichi muy fuerte, era muy buena jōnin. La morena no daba un golpe en falso.

Luego de eso ambas iban al hospital dónde Sakura ponía en práctica lo que se le dió a estudiar el día anterior, la mujer mayor noto que la teoría se le daba muy fácil a la chica, y que lo aprendía tal cual estaba escrito, por lo que le dió la información más básica en el arte del Ninjutsu médico y la regeneración de células, ahí pasaba hasta las 4 o 5 de la tarde, mostrando una gran mejoría en la práctica.

Después de eso se despedían, la joven tenía nuevo material para estudiar y unos ejercicios básicos para ejercitarse. Lo que le ayudaría a aumentar su rendimiento y masa muscular, luego antes de dormir hacía yoga, lo que la ayudaba a relajarse y hacer fluir mejor su chakra, también le ayudaba a despejar su mente de pensamientos negativos.

Procuraba no precipitarse, ya que sabía que sobre-exigirse no la ayudaría, sino todo lo contrario, además al no estar muy acostumbrada a esa rigurosa rutina terminaba quedándose dormida casi enseguida.

En lo que alimentarse se refería, Shizune le dejo una dieta que la ayudaría a mantenerse saludable  y unas vitaminas también, ya que estaba un poco delgada todo gracias a la depresión y la dieta que ella misma quiso seguir, agradeció saber que estaba en un camino equivocado antes de que fuera más grave el asunto y se recordó decirle a Ino lo peligroso que podía ser seguir con esa alimentación.

Ahora solo faltaba seguir entrenando y aprendiendo, ya que poco faltaba para los exámenes chūnin y sea cual sea el resultado prometió no rendirse, y seguir con su idea principal de pedirle a la babosa ser su discípula.
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Un rubio se encontraba respirando con dificultad, había tenido un entrenamiento con su madre, y siente que se está muriendo, le ha dado una paliza y tan delicada que parece, su madre le ha estado enseñando a como rendir mejor su chakra pero a él no se le da bien, siempre termina poniendo chakra de más en un ataque.

Naruto: mamá, pero que importa si le pongo más chakra después de todo tengo mucho.— ve su mano y la siente arder por hacer en exceso el Rasengan.

Kushina: hijo se que tienes mucho chakra pero no puedes estar usando el chakra del zorro todo el tiempo es dañino, además hay personas que tienen más chakra que tú, recuerda que no puedes usar todo tu poder, es peligroso.— lo mira con seriedad.

Naruto: lo sé, pero es muy difícil.— se queja algo triste.

Kushina: ¿porque no vamos a descansar? Continuaremos mañana, te haré un ramen especialmente para ti.

Naruto: ¡SI RAMEN! VAMOS, VAMOS DATTEBAYO.— grita alegre y la salen estrellitas en los ojos y madre e hijo sonríen al estilo Uzumaki.

La pelirroja mira con nostalgia, a su hijo que se adelanta, pronto vendrá su padrino el sannin de los sapos, y como prometió cuando se fue, vendría y se llevaría a su hijo a entrenar con el, tal vez no lo vería en años, y los días se le hacen muy cortos.