Nada destacó especialmente en el día de Navidad. Jin trató de grabar en su mente momentos determinados: la alegría de Joohyuk al recibir el maletín de médico que Jin le había comprado; Yoongi y Seonho encorvados sobre un futbolín. No faltó la predecible fascinación de Lune por las cajas y los envoltorios más que por los juguetes, y el eye smile infinito de Jimin al lucir unos pendientes nuevos.
Le encantó ver a Jungkook sentado en el suelo con las piernas cruzadas, mostrando a los hijos de Taehyung, ahora también suyos, las herramientas de tamaño infantil que había dentro de las cajas de herramientas que él mismo les había hecho.
Quería detener el reloj, solo por aquel día, aquel único día, pero las horas pasaron raudas, desde el amanecer y los nervios de abrir los regalos, hasta las luces de las velas y la espléndida comida que Jackson había preparado y servido en su mejor vajilla de porcelana.
Antes de que se hubiera percatado de ello, la casa volvía a estar silenciosa.
Fue a la planta baja para echar un último vistazo al árbol navideño, sentarse a solas en el salón con una taza de café y rememorar el día y todas las Navidades anteriores.
Sorprendido al oír pasos, alzó la vista y vio a sus hijos.
-Creía que se habían ido todos a casa de Yoongi.
-Te estábamos esperando -replicó Yoongi.
-¿Esperando?
-Siempre vienes la noche de Navidad, cuando todos se han ido a dormir.
Jin miró a Joohyuk con las cejas enarcadas.
-En esta casa no tengo secretos.
Él se mostró en desacuerdo.
-Tienes muchos, no solo éste.
Seonho se acercó a Jin, le quitó la taza de café y la sustituyó por una copa de champán.
-¿Qué es todo esto?
-Un pequeño brindis familiar -respondió él-, pero después de este último regalo que tenemos para ti.
-¿Otro? Tendré que añadir una habitación a la casa para guardar todo lo que he recibido esta mañana.
-Éste es especial. Ya tienes un lugar para él. O lo tuviste en otro tiempo.
-Bueno, no me tengan en ascuas. ¿Qué están tramando?
Yoongi salió al vestíbulo y volvió con una gran caja envuelta en papel de estaño dorado, que depositó a los pies de su padre.
-¿Por qué no lo abres y miras qué es?
Lleno de curiosidad, Jin dejó la copa de champán a un lado y empezó a abrir el envoltorio.
-No le digan a Taehyung que estoy desgarrando este papel, porque se horrorizaría. Me asombra que los tres se hayan puesto de acuerdo en algo, y mucho más que lo hayan mantenido en secreto hasta esta noche. Porque Joohyuk siempre se va de la lengua.
-Alto ahí, puedo guardar un secreto cuando es necesario. No sabes nada de cuando Seonho tomó tu coche y...
-Calla. -Seonho golpeó el hombro de su hermano-. No hay ley de prescripción para esa clase de delitos. -Sonrió dulcemente al ver el ceño fruncido de Jin-. Jerga de abogado, papá.
-Supongo que sí -replicó él, pero se sentía intrigado mientras abría el paquete. El corazón se le aceleró al sacar el espejo de tocador antiguo.
-Es el más parecido al que rompimos que hemos podido encontrar - comentó Yoongi-. El dibujo y la forma son casi idénticos.
-Reina Ana -añadió Seonho-, alrededor de 1700, con laca dorada y verde sobre el cajón oblicuo. Por lo menos, es el mejor que nuestros recuerdos combinados han podido hacer coincidir con el que rompió Yoongi.
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Rosa Negra²
ParanormalRico, independiente y con hijos ya mayores, Kim Seokjin ha renunciado a sus cuarenta y un años a volver a amar. Su negocio y la gran amistad que lo une a Taehyung y Jimin son ahora su vida. Hasta que el secreto que alberga su casa lo obliga a pedir...