Encontró a todo el mundo en la cocina. Como una familia, pensó, reunidos en el centro de la casa, con algo cociéndose a fuego lento en el fogón, un bebé gateando por el suelo y dos chiquillos poniéndose la chaqueta mientras su perrito daba brincos de entusiasmo.
Todas las miradas se posaron en él y, tras un instante de silencio, Taehyung se dirigió a sus hijos.
-Adelante, vayan a correr, pero no se metan en los cuadros de flores. Pronto cenaremos.
Hubo carreras y ladridos, gritos y risas por parte de Lune; luego los niños y el perro desaparecieron tras dar un portazo.
Taehyung tomó la mano de Jungkook.
-¿Cómo está?
-Tranquilo, como de costumbre. Quería disponer de media hora a solas. - Namjoon miró a Yoongi-. Esta noche me quedaré.
-Bien, creo que eso está muy bien -dijo Jimin-. Cuantos más seamos, mejor. Puedes acostumbrarte a tener un fantasma en casa, pero es distinto cuando empieza a lanzarte cosas.
-A ti, en concreto, según parece -terció Jungkook.
-¿Han reparado en eso? -Nam se restregó distraídamente la mejilla rasguñada-. Es interesante, ¿verdad? Había mucha furia en aquella habitación, pero nada iba dirigido a Seokjin, por lo menos nada tangible. Yo diría que el causante de aquel jaleo tenía mucho cuidado en no hacerle ningún daño físico.
-De no haberlo tenido, estaría fuera. -Yoongi tomó en brazos a Lune cuando la niña intentó trepar por su pierna-. Y no me refiero a mi padre.
-No. -Nam asintió-. Jin manifestó exactamente el mismo sentimiento.
-Y ahora está solo ahí arriba -intervino Jackson, y alzó la vista de los fogones, ante los que estaba trabajando-. Porque él va en serio. Todo el mundo en esta casa, muerto o vivo, sabe que va en serio.
-Y nosotros estamos todos aquí, dejándole hacer lo que quiera porque es el jefe de esta casa. -Jungkook se apoyó en la encimera.
-Es posible, pero después de este incidente tendrá que acostumbrarse a ceder el timón de vez en cuando. ¿Está recién hecho ese café? -inquirió Nam, señalando la cafetera con un gesto de la cabeza.
En el piso de arriba, Jin recogió los fragmentos de los tesoros personales que había guardado en su dormitorio. Pequeños recuerdos, ahora destrozados.
Una destrucción premeditada, se dijo, eso era lo peor de todo. La pérdida de objetos preciosos debido a un carácter egoísta.
-Como un niño mimado -musitó mientras limpiaba y ordenaba su dormitorio-. No toleré ese comportamiento a mis hijos y no te lo toleraré a ti, seas quién diablos seas. -Colocó bien los muebles y empezó a hacer de nuevo la cama-. Será mejor que lo tengas en cuenta, Hoseok. Será mejor que recuerdes quién es el señor de la mansión Kim.
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Rosa Negra²
ParanormalRico, independiente y con hijos ya mayores, Kim Seokjin ha renunciado a sus cuarenta y un años a volver a amar. Su negocio y la gran amistad que lo une a Taehyung y Jimin son ahora su vida. Hasta que el secreto que alberga su casa lo obliga a pedir...