Sí, era muy agradable abrir de nuevo la casa a un nutrido grupo de buenos amigos, con vino, música y manjares. Jin escuchó fragmentos de conversaciones, debates políticos, discusiones sobre deportes y arte, mientras deambulaba entre los corros de una habitación a otra.
Tomó del brazo a su viejo amigo Kim Daniel, que era también el padre de Taehyung y el diseñador de jardines de Jin, el futuro suegro de Jeon Jungkook.
-Aún no nos habíamos saludado.
-Acabo de llegar. -Él le rozó la mejilla con los labios-. Hee no terminaba de encontrar unos zapatos que le gustaran. Acaba de subir con Jimin. Quería echar un vistazo al bebé.
-Iré a buscarla. ¿Has perdido a tu prometido, Jungkook?
El interpelado se encogió de hombros.
-Está por todas partes. -Tomó un sorbo de cerveza-. Ese hombre no puede descansar hasta que ha comprobado personalmente todos los detalles. Bonita fiesta, Jin.
-Vamos, si tú detestas las fiestas.
Jungkook sonrió, una rápida sonrisa que aumentaba el encanto de sus hermosas facciones.
-Demasiada gente. Pero la comida es de primera calidad, la cerveza está fría, y mi acompañante es el hombre más guapo del mundo. No podría quejarme. No se lo digas a su padre, pero me propongo convencerlo para salir luego al jardín y pegarnos el lote*.
Guiñó un ojo a Daniel, y entonces cambió la dirección de su mirada.
-Tu doctor Kim acaba de entrar. Parece buscarte... o buscar a alguien.
-Ah, ¿sí?
Jin miró a su alrededor, y sus expresivas cejas se alzaron. Él vestía un traje de color gris piedra que realzaba su esbeltez y el pecho y brazos musculosos. Observó que se había cortado el pelo desde la última vez que se vieron, también se lo había teñido de un gris platino y su aspecto respondía más al de un modelo de una revista que al de un profesor.
Podía admitir, al menos para sí mismo, que era un placer mirarlo desde cualquiera de los dos puntos de vista.
No obstante, parecía ligeramente aturdido entre tanta gente, y cuando uno de los eficientes camareros le ofreció una de las copas de champán que llevaba en una bandeja, hizo un gesto negativo con la cabeza.
-Discúlpenme un momento -dijo Jin a Daniel y a Jungkook.
Empezó a abrirse paso en la sala, y se detuvo cuando la mirada de Nam se fijó en su figura y luego se centró en su cara. Jin notó una leve sacudida en el corazón y una aceleración del pulso que le resultaba desconcertante.
Pensó que él iba a lo esencial, que sus ojos lo apuntaban directamente de una manera que lo hacía sentirse la única persona del salón. Un buen truco, y un tanto desconcertante, en un espacio atestado de gente y lleno de ruido.
Pero la expresión de su rostro era serena y amistosa mientras iba al encuentro de Nam.
-Cuánto me alegro de que haya venido.
-Cuando da usted una fiesta, lo hace por todo lo alto, ¿eh? He visto las luces desde dos kilómetros de distancia. No conoce realmente a toda esta gente, ¿verdad?
-No los había visto en toda mi vida. ¿Qué le apetece tomar?
-Agua de seltz con lima.
-El bar está instalado allí. -Para orientarlo, le puso una mano en el brazo-. Lo acompañaré.
-Gracias. Tengo algo para usted. Un regalo.
Se metió la mano en el bolsillo mientras se dirigían al bar, y le tendió una cajita envuelta.
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Rosa Negra²
ParanormalRico, independiente y con hijos ya mayores, Kim Seokjin ha renunciado a sus cuarenta y un años a volver a amar. Su negocio y la gran amistad que lo une a Taehyung y Jimin son ahora su vida. Hasta que el secreto que alberga su casa lo obliga a pedir...