﴾Capítulo 31﴿

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-Estaba tratando de recordar la última vez que me puse algo tan llamativo -dijo Nam, sentado al volante del coche y dándose el placer de otra larga mirada a Jin antes de ponerse el cinturón de seguridad-. Tuviste una buena idea con las transparencias.

-Te sienta muy bien.

-Inclínate un momento hacia aquí. -Cuando Jin lo hizo, le rozó los labios con los suyos-. Sí, su sabor es tan bueno como su aspecto.

-Faltaría más.

Él puso el motor en marcha y empezaron a alejarse de la mansión.

-Podríamos saltarnos lo de esta noche, hacer una escapada y casarnos. Llevamos la ropa apropiada.

Jin le dirigió una mirada de soslayo mientras Nam enfilaba la carretera principal.

-Ojo con lanzar alegremente propuestas de matrimonio como si fuesen pelotas de béisbol, doctor Kim. Ya he recogido y devuelto a dos bateadores hasta ahora.

-Cuando quieras probar con un tercero, házmelo saber.

Jin experimentaba una agradable sensación al ir tan bien vestido y estar coqueteando con un hombre apuesto.

-¿Lo dices en serio?

-Eso parece. Ten en cuenta que soy un tipo que debe alquilar su traje, pero me compraré uno cuando decidas dar ese paso. Es lo menos que puedo hacer.

-Desde luego, es un factor decisivo.

Él puso un momento su mano sobre la de Jin.

-Me gano bien la vida, y tu dinero no es en absoluto lo que me impulsa. Mi situación es sólida. Durante muchos años mi hijo ha sido el único elemento esencial en mi vida, pero ahora es un hombre, y aunque siempre será mi gran prioridad, estoy preparado para tener otras, para que haya otros elementos esenciales.

-¿Y cuando se traslade a Pied Piper?

-Será un golpe terrible.

Esta vez Jin puso la mano sobre la suya.

-Sé qué se siente.

-Pero no puedes seguirlos a todas partes. Sin embargo, siempre podré visitar Pied Piper de vez en cuando, o hacer un viaje aquí y allá cuando tenga un partido en algún lugar interesante.

-Me hace ilusión conocerlo.

-A mí también me hace ilusión que lo conozcas. Espero que no te sientas demasiado incómodo con la fricción que pueda haber entre tú y los padres de su novia.

-No me sentiré incómodo, pero puede que Jan lo esté, porque es una mujer sin carácter a quien le avergüenza su amistad conmigo. Es una estupidez, pero la verdad es que ella es bastante estúpida. Por otro lado, me gustará hacer que se sienta incómoda. -Se estiró hacia atrás y añadió con satisfacción-: Hay que reconocer que tengo una vena malvada.

-Eso siempre me ha gustado de ti.

-Me alegro -replicó él mientras avanzaban hacia el club-, porque es probable que aparezca esta noche.

-Me alegro -replicó él mientras avanzaban hacia el club-, porque es probable que aparezca esta noche

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Rosa Negra²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora