En donde Hanagaki Takemichi intenta una y otra vez evitar la muerte de Murata Kazumi para así salvar a Sano Manjiro del abismo en el que está destinado a caer.
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Estacionamiento del templo Musashi, Shibuya, Tokyo.
20 de julio de 2005.
— ¡Takashi!
Mitsuya Takashi estira el cuello al escuchar una reconocible y familiar voz llamándolo por su nombre de pila, buscando a Kazumi con la mirada porque sabe que se trata de ella y le sonríe al verla bajar de la motocicleta de Draken para acercarse a él con pasos rápidos. El estacionamiento del templo donde se reúnen está lleno de motocicletas y de chicos vestidos con el uniforme de la ToMan, algunos echando el cuerpo hacia los lados para no estorbarle porque el comandante no permite que nadie a excepción de los capitanes y vice-capitanes de las divisiones se relacione con su linda novia ni que la miren o la toquen.
—Hoy te ves feliz, Kaz —dice Takashi, bajando de su motocicleta y sonriéndole.
Kazumi asiente.
—Saqué un nueve en mi prueba de química —le cuenta con orgullo.
Takashi sonríe, llevando una de sus manos al cabello negro como la noche mientras ve los ojos dorados brillando emocionados.
—Sabía que lo lograrías.
Kazumi sonríe ampliamente, contenta. Su relación con Takashi se había vuelto mucho más estrecha de lo que solía ser después de lo que ocurrió hace casi dos años la noche del 13 de agosto de 2003. No asisten a la misma escuela secundaria, pero, aun así, él se mantiene al pendiente de si asiste a sus clases, se asegura de que coma en el almuerzo y que haga sus deberes, comportándose como el hermano mayor que perdió esa noche porque sabe que Kazutora significaba el mundo para ella y perderlo sacudió su vida de pies a cabeza.
Draken trató de cumplir ese rol al ser uno de los que pasaba más tiempo con ella, pero Mitsuya ganó desde el inicio porque él sí es un hermano mayor y Draken es algo torpe en ese aspecto. Aun así, se esfuerza —igual que los demás altos mandos de la ToMan, incluidos los gemelos Kawata y Muto, pero no puede decir mucho por Sanzu— en ser una influencia positiva para ella porque son pandilleros, pero no necesariamente eso debe significar que son malas personas. Son personas decentes, se convence cada día.
Detrás de la espalda de Takashi, Shiba Hakkai se encuentra de pie con una postura tan recta que a Kazumi le sorprende lo alto que se ve. A pesar de los años que han pasado desde que se conocen, él sigue siendo tímido a su alrededor y siempre clava la vista en algo a la lejanía para evadirla, sin dirigirle la palabra. Kazumi recuerda haber pensado que no le agradaba al conocerlo, pero Takashi le explicó que Hakkai simplemente es tímido y que no se trataba de nada personal.
Aparta la mirada de Shiba cuando escucha a unos tipos hablar como bravucones a un costado, viéndolos intimidar a un rubio enclenque y su novia. Entrecierra los ojos en el momento en el que los reconoce a ambos, regresando velozmente la mirada al capitán de la segunda división de la pandilla.
