En donde Hanagaki Takemichi intenta una y otra vez evitar la muerte de Murata Kazumi para así salvar a Sano Manjiro del abismo en el que está destinado a caer.
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Junio de 2008.
—Gracias por traerme, Inui-kun —agradece Kazumi, bajando de su motocicleta una vez que llega a la escuela, quitándose el casco y apresurándose a usar las manos para alisar su cabello desordenado.
—Ven acá. —Inui empuja con un pie el caballete de la moto y suelta sus dos manos del manubrio, extendiéndolas hacia ella para ayudarla—. Y no me agradezcas. Es un gusto traerte. Te ves bonita en tu uniforme escolar —elogia.
—Cállate —se ríe.
—Kazumi-san.
Kazumi aparta la mirada de Inui cuando oye una voz conocida llamándola, sonriendo al ver a Takuya parado a unos pasos, sonriendo levemente y alzando una de sus manos en un saludo.
— ¡Taku-chan! —exclama con felicidad, contenta de verlo—. Hola, chicos —saluda a los demás cuando los ve más atrás, mirando luego a Inui—. ¿Puedes decirle a Draken que pasaré por la tienda en la tarde? Les llevaré comida —anuncia.
Inui asiente.
—Que te vaya bien en tus clases.
Kazumi asiente y da media vuelta, caminando directamente a Takuya, entrelazando uno de sus brazos con uno de los suyos para entrar juntos a la escuela. Takuya sonríe ante el gesto, cómodo, y el motor de la motocicleta de Inui ruge cuando acelera, alejándose de la escuela. Takuya piensa por un momento en preguntarle la razón por la que ella e Inui estaban juntos desde incluso antes de que las clases comenzaran, pero decide no hacerlo porque no quiere ser entrometido y solo se dedica a caminar, sorprendiéndose al ver una figura familiar, pero es demasiado temprano para que se trate de él.
—Oi, Takemichi. Buenos días —saluda Yamagishi cuando se acercan.
—Hoy llegas bastante temprano para alguien que siempre llega tarde —le dice Takuya con algo de sorpresa.
— ¡¿Yamagishi, Makoto, Takuya, Akkun?! —grita, sorprendido el oji-azul, sorprendido de verlos.
— ¡Hasta que llegas, Takemicchi! —Takemichi salta en su lugar cuando alguien se le lanza encima, rodeándole los hombros con un brazo—. ¿Estudiaste para los exámenes? —pregunta, alejándose, pasándose una mano por el pelo largo—. En lo personal, yo me duermo tan pronto como me siento en mi silla —confiesa.
—Hakkai es bastante indefenso a pesar de su aspecto, eh... —comenta Yamagishi.
—¡Totalmente! —acuerda Makoto, riéndose—. Takuya y Akkun tienen suerte de que Kazumi-chan los ayuda a estudiar —se queja, mirando a los tres mencionados.
—Es porque nosotros no le miramos las piernas mientras nos explica —argumenta el pelirrojo.
