18. Sentir la incomodidad

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El cansancio era palpable, el menor por momentos se quedaba dormido entre tarea y tarea, o en los recreos. Sus hermanos le despertaban lanzándole algo o con empujones para que se espabilara. Él sonreía y si faltaba un rato más para ponerse en actividad seguía durmiendo otro rato.

Era el anteúltimo día y du cuerpo pedía descanso urgentemente, al igual que su mente. Sin embargo, jamás se había sentido tan contento. Aunque no había sido perfecto en todas las actividades, le había ido bien en varias. Por ejemplo, pudo descubrir un talento oculto en kayak, tal parecía que sus brazos eran más fuertes de lo que esperaba y el remar le había llevado a quedar en segundo lugar en una carrera contra sus compañeros.

Sin embargo, había acumulado algunas faltas por haber perdido en varias ocasiones y quedarse durmiendo una siesta durante la cena. A pesar que le habían dado crédito por no rendirse, él sabía que debía pagar su fracaso.

Jungkook comprendía la ciencia que yacía bajo los principios de aquella gran familia, porque comenzaba a sentirlo cada vez más fuerte en su interior. No había manera que con todo ese entrenamiento hubiese un Alpha débil e inseguro de sí mismo. Era como construir su propia personalidad y sus habilidades como una muralla, acomodando los ladrillos poco a poco pero con precisión y consistencia.

Y Jackson y los Alphas repetían: "La clave del éxito", para que se le grabase en la cabeza.

Según el líder, las personas nacían y a lo largo de su camino sus partes permanecían desintegradas por completo gracias a las cosas que la sociedad les implantaba de pequeños. Así era como luego de adultos todos terminaban enfrentándose a miedos, inseguridades, falencias, miles de cuestiones que lo único que lograban era alejarlos de su real potencial. Eran elementos limitantes que no les permitían ser ellos mismos y amarse como tales, basados en prejuicios y un montón de otros "adornos" sin valor o significado alguno.

De allí venía la intención de Alpha chi lambda, era el lugar indicado para la persona que quisiera quitarse de encima todos los pesos sociales, todas aquellas bolsas de escombros que ni si quiera les pertenecían.

Jungkook ya lo creía así, el nacer y ser criado en un ambiente religioso tan rígido y devoto le había llevado a adoptar más cosas de quienes le rodeaban que fundar su persona a partir de su propia perspectiva. Gracias a la fraternidad había decidido que quería encontrarse a sí mismo.

Aun así, no todo era color de rosas. Jungkook era el nuevo, una clase de outsider en el campamento, y a pesar de que le habían tratado como a uno más, claramente él sentía las presiones de intentarlo con más esfuerzo que el resto. Sus compañeros hacían todo lo posible por acompañarle y no dejar que él se rindiera en las actividades. El levantarse temprano y comenzar con la energía a tope le suponía un gran esfuerzo, pero verse capaz de hacerlo le daba la motivación justa para superar las exigencias.

Le recordaba a los campamentos militares, pero con un ambiente mucho más amigable y divertido. Los chicos no perdían sus sonrisas ni dejaban de reír incluso a pesar de estar en medio de una competencia.

Pero que sea el nuevo no le ponía en una posición fácil, justamente era lo que le había llevado a fracasar en algunas pruebas y a tener que aceptar una prenda por parte de sus hermanos.

Todos se habían reunido al final del pequeño muelle del lago, sobre las tablas de madera que se utilizaban para amarrar los botes.

Jungkook miró a sus compañeros con los ojos bien abiertos, pero por sobre todo era a Kai a quien le devolvía la mirada mientras este se encogía de hombros en respuesta.

- Debes... estar bromeando, ¿cierto? – fue lo que a Jungkook le salió decir con una risita nerviosa al final. Kai sonreía, pero su mirada desafiante le había saber que no bromeaba para nada. Se cruzó de brazos y negó con la cabeza. Jackson apoyó su mano en el hombro de Jungkook.

• Vitam Aeternam ~ [JIKOOK] •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora