51. Negación

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Park Seung estaba siendo procesado por múltiples causas, entre éstas homicidio agravado y corrupción de menores. Estaba en las putas noticias. Jungkook miraba el televisor mientras apretaba entre sus dedos un almohadón. Yoongi le hacía compañía a su lado.

El tipo mantenía su cabeza en alto, su expresión inmutada como si fuera capaz de demostrar su inocencia. No parecía alterado ni afectado. Los reporteros le habían hecho preguntas, y él, sin dejar que su fachada de hombre correcto se deslizara, dijo que la justicia debía realizar su trabajo y que él cooperaría para que todo ese embrollo se aclarase. 

Un reportero le preguntó si era culpable. El muy bastardo fingió indignación y dolor por la pregunta.

"Por supuesto que no".

- Hijo de puta mentiroso – dijo Jungkook.

- Qué tipo asqueroso – espetó Yoongi, tirándose contra el respaldo y rascándose el cabello - ¿Cómo le da la cara? Hay demasiadas pruebas. ¡Prostituyó a sus hijos! Y a miles de personas más. Es increíble que siga intentando parecer como si hubiesen conspirado contra él.

Jungkook tampoco lo entendía, pero quizás estaban frente a un claro caso de personalidad narcisista. Un psicópata con todas las letras, alguien que no sentía remordimiento en absoluto.

Agradecía, sin embargo, el que las cosas hubiesen llegado a esa instancia. Finalmente veía un avance. Sin embargo, no podía desatar el nudo en su garganta que ya estaba allí hacía una semana. También en su pecho y su estómago. Hacía días que comía poco y nada. No tenía los ánimos suficientes.

¿La razón?

Jimin había sido sentenciado a cuatro años de prisión.

Cuatro años. Cuatro años sin Jimin.

Jimin podría haber sido una víctima, pero los testimonios de otras personas que habían sido abusadas en prácticas donde él había participado no eran compasivos con él. Las cosas pintaban para mal. Había gente muy dañada y muy enojada. Llegar a un trato había sido lo mejor para que no fuera a juicio y su sentencia se agravara.

Independientemente de si a Jimin le habían lavado el cerebro y había sido víctima de manipulación y abusos, él ya era adulto. Él había estado con adolescentes, y también con personas que aseguraban no haber consentido realmente las prácticas sexuales, porque habían sido manipuladas para hacerlo.

Muchos violadores eran personas que habían sufrido muchas negligencias y abusos durante la infancia, y nadie tenía piedad por ellos en la corte. Eran personas peligrosas que poca introspección tenían sobre sus acciones. Claro que Jimin era diferente, se arrepentía y había ayudado a la investigación. Fue por ello que hacer un trato ayudó a recompensarle su buen actuar.

Pero era difícil aceptar la realidad, cómo se habían dado las cosas. Jungkook aún se sentía prisionero de alguien más, como si su vida fuera una especie de farsa y juego para alguien mucho más grande y poderoso que él. Ya no le interesaba creer en nada, ni en Dios, ni en Tamon, ni en ninguna cosa. Todo y todos le habían quitado las ganas de creer en algo, le habían dejado tan vacío, amargado y perdido que le parecía una pérdida de tiempo y energía tener esperanza en algo. Podía decir que lo había intentado. 

Además de su ansiedad, su terapeuta le diagnosticó depresión. No era como si no lo hubiese sospechado, sólo era que ésta vez su padre había madurado su mentalidad y aceptado que la salud mental era tan importante como la física, y que Dios y la fe no siempre lo curaban todo, o al menos no era el camino indicado para su hijo.

Jungkook tenía que pensar en cómo quería que su vida continuase, qué rumbo tomar, pero por momentos sentía que estaba atado. Atado al chico que estaba en prisión.

• Vitam Aeternam ~ [JIKOOK] •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora