42. Sangre, espíritu y carne

100 15 6
                                    





Había estado debajo de la superficie todo ese tiempo. Simplemente demasiado cerca.

Silencioso y sutil.

Había logrado evitarlo a toda costa, porque incluso aunque él decía no saber qué era lo que le había llenado de miedo toda su vida desde tan pequeño, tampoco había querido indagar.

Sus pesadillas no habían surgido por si solas. Jimin había estado viendo sus pesadillas incluso cuando estaba despierto. Siempre rondaban sobre lo mismo, sentía los mismos olores, generalmente a metal, a óxido, hasta que éste se tornaba en el claro olor de la sangre. También solía verla mientras se escurría por sus pies o sus manos. Manchaba su cama y su ropa, sintiendo la suciedad de la misma adherirse a sus prendas, siendo la razón por la cual de pequeño comenzaba a tironear de sus ropas hasta quitárselas.

Generalmente el límite entre sus pesadillas y la realidad se desvanecía y no podía discernir por uno u otro.

Tampoco podía darse cuenta qué suceso venía primero. Sin embargo, dentro del caos que se generó en su cabeza al momento que soltó su teléfono para deshacerse de la carga que la voz de Jungkook le había generado en ese momento, desapareciera como si aquella conversación nunca hubiese sucedido, recordó algo gracias a que una parte de su mente no le dejó volver a huir.

Videos. Muertes.

Aquel hombre desconocido que no quería dejarle ir le recordó sobre una mujer que él pensó había logrado olvidar y enterrar en sus pesadillas cuando era un niño.

Una mujer que había observado ser decapitada con un cuchillo, en un video reproduciéndose en el computador del despacho de su padre.

Jimin se dobló sobre sí mismo mientras una arcada contraía su garganta y la bilis se expulsaba fuera de su sistema. El ácido le quemó la garganta tan pronto erupcionó de su estómago y su boca permaneció con la asquerosa sensación del vómito.

Tosió y escupió para liberarse de la sensación. Se tocó el cuello, sintiendo el escozor en sus paredes internas. Luego tocó su abdomen, adolorido y aún nauseabundo.

Si se quedaba allí iban a matarle. Si se quedaba allí iban a cortarle el cuello y darían tajada tras tajada hasta separarle la cabeza de su cuerpo mientras se desangraba.

Caminó rápidamente hacia la casa, abrió la puerta y en su camino hacia la sala vio a Jihyun salir de la cocina. Ambos cruzaron miradas.

No podía confiar en Jihyun. En nadie.

Corrió hacia las escaleras sin mirar hacia otro lugar. Jihyun le siguió con la mirada, paralizado por la confusión que el comportamiento de su hermano le generó.

Cuando Jimin escuchó las pisadas de su hermano persiguiéndole por detrás, no hizo más que aumentar la velocidad no sólo de sus piernas sino también de su mente y corazón.

Al llegar al primer piso corrió por el pasillo que llevaba a su habitación, pero en lugar de encerrarse en ésta lo hizo en el cuarto de baño. Cerró la puerta tan fuerte y rápido como pudo antes de que Jihyun le alcanzara, trabándola y escuchando que su hermano intentaba entrar dando golpes y llamando a su nombre.

- Jimin ¿Qué demonios pasa? Abre la puerta ya.

La desesperación de verse encerrado y con miedo de que Jihyun pudiese abrir la puerta le había hecho revolver los cajones del mueble del lavabo y luego el botiquín hasta que logró dar con unas tijeras de metal. Las tomó con su mano derecha y con la izquierda destrabó la puerta.

La puerta se abrió de golpe, y cuando vio el rostro de Jihyun le apuntó con las tijeras, haciendo que el mayor diera un paso atrás.

- ¡Wow! – levantó ambas manos y se alejó de Jimin mientras éste salía del cuarto de baño - ¡¿Qué mierda estás haciendo?! – alzó su voz, observando las puntas afiladas frente a su rostro.

• Vitam Aeternam ~ [JIKOOK] •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora