41. Revelaciones

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No sabía qué tanto se había acostumbrado a la presencia de calor a su lado, a una caricia y una sonrisa vaga al despertar, hasta que lo primero con lo que se encontró al abrir los ojos fue con la mismísima soledad.

La ausencia de ello le había dejado con la amarga sensación de que, en realidad, un nuevo día no siempre lo repara todo.

Las noches eran oscuras y profundas para él, por lo que iniciar un nuevo día siempre le permitía olvidar la noche anterior. Pero este no era el caso.

Había tenido éxito en su intento de que Jihyun no fuese empujado por su preocupación e insistiera en hacerle compañía. Tuvo que sonar demasiado convencido y seguro para que el mayor asintiera con la cabeza y desistiera de la idea de quedarse a dormir con él. Estaba nervioso, demasiado, y no quería que su hermano estuviese al pendiente de la más mínima señal de inestabilidad para traer nuevamente a colación el tema de su medicación.

Necesitaba estar solo, aunque no era lo que realmente quería. Su malestar le llevaba a buscar estar lejos de la atención de cualquiera incluso aunque hubiera querido que Jihyun estuviese ahí para confortarlo.

Cuando esa mañana sus compañeros de fraternidad le preguntaron sobre Jungkook, habían aceptado la excusa que Jihyun le había dicho que utilizara. Sin embargo, podía jurar que algunos le habían escudriñado con la mirada. Quizás habían notado su extraño nerviosismo. Tal vez sus hombros estaban demasiado tensos al igual que su expresión, la cual intentaba ser relajada y sonriente como siempre, pero no lograba completar tal objetivo.

Quizás sabían lo que estaba pasando por su cabeza mientras intentaba ocultarlo.

Intentó mantenerse ocupado, lejos del alcance de miradas no agradables. Había intentado leer algún libro de su biblioteca, pero el concentrarse era difícil. Su mente estaba por todos lados, disparando en diferentes direcciones sin concretar nada. Era como intentar hablar y pisarse con sus propias palabras, pero dentro de su cabeza.

A pesar de que había sido claro con que él "estaba bien", Jihyun se apareció en la casa de todos modos, y Jimin, en su interior, agradeció que siempre supiese que lo necesitaba, aunque no se lo dijera.

Llegó y, como siempre, fue recibido con calidez por todos los Alphas de la casa que estaban preparándose para una larga jornada de apetitosa comida a la barbacoa, luego de haber limpiado el desastre que la fiesta de Halloween había dejado.

Como siempre, la casa era un flujo constante de gente saliendo y viniendo, sobre todo siendo domingo, donde se daba lugar para reunirse, pasar el rato y comer.

Al igual que la noche anterior -y otras últimas ocasiones- se había mantenido lo suficientemente callado, levantando sospechas. Rápidamente respondía que simplemente no había logrado dormir bien y hacía el esfuerzo sobrehumano de fingir que no era nada más complicado.

Cuando sus compañeros se olvidaban de su extraño actuar, él volvía a caer en la espiral de su mente, pensando en las razones por las cuales Jungkook se había ido de su lado, y cuestionándose a qué se había referido con "No sabes todo lo que he pasado aquí este último tiempo". Su tono de voz y las palabras puestas de esa manera habían sido un reclamo, y aunque generalmente estaba siempre al pendiente de que Jungkook estuviese bien, hacía tiempo que se había dejado abrumar por su mente y eso no le había permitido ver mucho más allá de sus narices. No lo había notado del todo hasta ese momento. En ocasiones era difícil darse cuenta de lo tanto que comenzaba a retraerse en su propia cabeza. Finalmente, lo notaba cuando ya había estado el suficiente tiempo desconectado de su entorno.

• Vitam Aeternam ~ [JIKOOK] •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora