ÁNGEL O DEMONIO

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Mi corazón latía a mil por hora, el susto había sido grande y no podía parar de mirar a la persona que tenia delante, esos ojos azules que me ponían tan nerviosa me estaban mirando de manera divertida y el solo tenia tenia una pequeña sonrisa en la cara que puso mi piel de gallina. Yo estaba como paralizada y el se acerco a mi para sentarse a mi lado en el banco.

Alec: Perdón princesa, no quería asustarte es solo que te vi aquí tan solita y decidí acercarme a hacerte compañía

Irene: Casi me matas del susto y si estoy aquí sola es porque quería estar sola, no deberías estar en el comedor cenando?

Alec: Lo mismo te pregunto a ti, sabes que estar sola aquí y de noche es peligroso y mas para una chica tan bonita como tu

Irene: No tenia hambre y necesitaba un poco de aire fresco y no hace falta que te preocupes por mi se defenderme muy bien sola. Y por cierto no respondiste mi pregunta, que haces aquí?

Alec: Solo estaba dando una vuelta, me gusta pasear y este es el único momento que puedo hacerlo y gracias a dios que me escucho te trajo hasta aquí para que me hagas compañía.

Solté una pequeña risa por lo que acababa de decir, el se me quedo mirando y puso una de sus manos en mi mentón para que me girara a mirarlo.

Alec: Nunca te han dicho que eres preciosa?

Irene: Y a ti nunca te han dicho que yo no soy uno de esos ligues que les dices algo bonito y caen a tus pies, yo no soy cualquiera.

Le quite la mano que aun se encontraba en mi mentón y me levante del banco para poder irme, ya era tarde y seguramente la hora de la cena termino.

Alec: Ya te vas?- El aun se encontraba en el banco sentado y me miraba de una manera profunda y intensa.

Irene: Si, estoy cansada así que ya nos veremos Alec.

El se levanto y se acerco lentamente a mi y como la primera vez que lo conocí me acerco hacia el cogiéndome de la cintura y me dio ese pequeño beso en la mejilla y se despidió diciendo su apodo de siempre: Adiós Preciosa.

Que me pasaba con este chico que me ponía tan nerviosa y hacia que mi corazón se acelerara cada vez que lo tenia tan cerca, nunca me había pasado, en mi antigua vida yo era una persona segura y no había nadie que me intimidara o me pusiera nerviosa, había estado cerca de chicos guapos y nunca había sentido esto que siento cuando estoy cerca de Alec. Sera que me gusta- no, eso es imposible acabo de conocerlo y encima ni somos amigos ni nada, solo he hablado dos veces con el, será solo atracción física ya que Alec es una de las personas mas guapas que he visto nunca y ya.

ALEC LAHEY:

Ella era perfecta, era diferente a todas las demás chicas, era preciosa y solitaria y me encantaba. Cuando entre en el comedor junto a mis hermanos y la vi en esa mesa sentada con esa mirada puesta en nosotros me quede hipnotizado por su belleza. Ella se veía rota y que había pasado por muchas cosas en su vida, lo podía notar con solo mirarla y es por eso que me encantaba porque yo me iba a encargar de reconstruirla y de hacerla feliz porque ella tarde o temprano será mía.

Mis hermanos y yo tenemos muchos secretos que si el mundo los supieran estaríamos encerrados de por vida pero la vida ahí que vivirla y hacer las cosas que mas nos gustan hacer. Tenemos una gran atracción por la sangre y el dolor, nos gusta escuchar el dolor en las personas es algo tan satisfactorio, la gente puede creer que estamos locos porque nos guste este tipo de cosas pero nosotros lo llamamos vida.

Se me pone tan dura el solo echo de pensar en la preciosa Irene atada en una cama toda llena de sangre y gritando de dolor pero también de placer, ella es especial a ella nunca la mataría como he echo con otras, ella es mi perdición y va a estar siempre a mi lado, ella ya tiene dueño pero aun no lo sabe y su dueño soy yo. Prepárate pequeña Irene que dentro de poco serás mía únicamente mía.

IRENE MARTIN:

Una semana había pasado desde mi llegada al instituto Halls, no podía decir que estaba curada porque no era verdad pero si que estaba mucho mejor aunque las pesadillas nocturnas seguían igual, no me dejaban dormir y me quedaba toda la noche despierta. Hoy era el día que mi hermano vendría a verme y estaba feliz por eso, tenia ganas de verlo y de abrazarlo. Estaba caminando rumbo a dirección ya que la directora me había llamado para informarme que mi hermano ya había llegado y que mes estaba esperando aquí, iba caminando tranquilamente y con una gran sonrisa en la cara cuando alguien paso por mi lado y me empujo con su hombro.

Isaac: Mocosa ten cuidado por donde caminas que pasa que estas ciega.

Irene: Perdona, eres tu el que me ha chocado así que mejor ponte gafas imbécil.

Lo mire de manera desafiante y me di vuelta para seguir mi camino a dirección pero cuando iba a continuar alguien me estampo contra la pared y agarro mi cuello con una de esas manos. El golpe en la espalda había sido duro y me había echo sacar una pequeña mueca de dolor.

Irene: Suéltame maldito loco     - El incremento la fuerza sobre mi cuello

Isaac: Mocosa, a mi me hablas bien! O te juro que te parto el cuello aquí mismo solo hace falta apretar un poco mas y PUM! muerta al instante.

Irene: Estas loco suéltame, animal.

Isaac: Mocosa te soltare cuando me hables bien y me pidas bueno mejor dicho me ruegues que te suelte.

Irene: Una mierda no pienso rogarte! Eres un enfermo! Ayuda!

Isaac me tapo la boca con su mano para que no chillara y acerco su boca a mi oído susurrándome una frase antes de soltarme y irse con una sonrisa de victoria y satisfacción.

Isaac: Nos veremos pronto mocosa.

Cuando el se fue empecé a respirar pausadamente ya que me costaba debido a la fuerza que había echo Isaac en mi cuello, tenia miedo y estaba asustada, no me di cuenta que empecé a llorar y que me estaba dando un pequeño de pánico, Me senté el suelo y empecé a respirar entrecortadamente, me costaba respirar cada vez mas y mis ojos estaban empezando a ver mas borroso de lo normal, escuche una voz que me llamaba a lo lejos pero no podía identificar quien era, solo supe quien era cuando su figura apareció delante mía con una mirada llena de preocupación, allí delante mío estaba mi hermano con la directora a su lado, el se agacho a mi lado y me abrazo , no dijo nada ya que el sabia que me estaba dando un ataque de pánico.

Me llevaron a la enfermería y allí estuve un buen rato con mi hermano abrazada a el no quería soltarme de el, quería que estuviera conmigo que no me soltara nunca pero al pasar un rato el se tuvo que ir y la directora me dio permiso para irme a mi habitación y saltarme la terapia con la doctora Mendes. No podía parar de pensar en Isaac, le tenia miedo y estaba asustada de que viniera a buscarme en cualquier momento, no pude dormir en toda la noche ya que cada vez que cerraba los ojos veía a Isaac ahorcándome contra la pared y lo único que me preguntaba era como un chico con cara angelical podía ser el mismísimo demonio. 

ATRAPADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora