Capítulo 66. Blancanieves y los siete enanitos

2.5K 192 230
                                    

Un año y tres meses después – Hallowen en casa de Luisita y Amelia

- ¡Listo! – Luisita había terminado de ayudar a sus mellizas con sus respectivos disfraces – No puedo creer lo que están viendo mis ojos – les dijo mirando orgullosa a sus dos hijas disfrazadas de enanitos

Tenían puestos calzas de colores y una chaqueta con un cinturón de otro color, para que contrastara con la parte inferior. En los pies tenían zapatitos negros y en la cabeza un gorrito en punta. Por supuesto la cereza del postre, o en este caso del disfraz, la otorgaba la barba blanca de juguete que se tenían que poner

Las mellizas se miraron

- ¡Nos vemos geniales! – festejó Apple - ¡Venga los cinco Em! – pidió a su hermana el choque de manos que Emma concedió con pocas ganas

- ¿Nos vemos bonitas mamá? – le preguntó Emma dudosa de su apariencia

- Por supuesto cariño – les aseguró – Muy bonitas – agregó

- ¿Tan bonitas como estás tú cuando mami pone cara de boba al verte? – para las pequeñas la cara de boba de Amelia al mirar a Luisita era buena señal

- No… Más bonitas. Están tan hermosas, que su madre va a poner la misma cara de babosa que pone cuando las mira a ustedes – les dijo

Para Luisita no había mejor momento que agarrar a su esposa mirando toda enamorada a sus hijas

- Me pica mamá – Emma se quejaba de la barba

- Te la sacas y te la pones antes de irnos Em – la convenció Luisita mientras las llevaba a la sala donde Beth y Lexi veían por milésima vez buscando a Nemo – Ya tenemos listo dos enanitos – anunció – Tu turno Lex – estiró su mano a la pequeña – Hora de ir a ducharte – anunció

- Quiero que mami me haga la danza del baño – por supuesto que Lexi iba a querer ducharse con la danza del baño

- ¡No se vale! Nosotras no hicimos la danza – se quejó Apple

- Es verdad – Emma apoyó la queja

- Lexi, no tenemos tiempo para la danza del baño – negó la petición de su hija

- Entonces no voy a ducharme – caprichosa, Lexi, se cruzaba de brazos

- Esta bien… Pero la haces conmigo – Luisita no tenía intenciones de molestar a su esposa después del día que había tenido

La morena se había enterado que el equipo quería transferir a Mónica a otra ciudad y había estado toda la tarde peleando a capa y espada con la entrenadora y el presidente del club

- Pero tú no te la sabes – la acusó

- Lex llevo años escuchándola, me la sé de memoria – se defendió

- Pero tienes que hacer los gestos y todo – le advirtió la pequeña

- La voy a ser a mi manera – era imposible igualar a Amelia en la danza del baño

- Pero mamá… – Apple, más bien el enanito Apple, volvía a protestar

- Ap… te prometo que la próxima vez la hacemos, ¿si? – la mirada no dejó lugar a protesta

Las dos mellizas se sentaron al lado de su hermana mayor de brazos cruzados. Beth se rió y por eso le tocó golpe en su cabeza

- ¡Auch! – Beth se acarició la cabeza - ¿Y eso? – le preguntó a su madre por la causa del golpe

- Por inventar la danza del baño – le respondió

- ¡Yo no lo inventé! – se defendió – Fue mami Amelia – dijo

Cuando, donde y como el amor quieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora