Capítulo 74. Lexi hay una sola

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- ¿Qué pasa? ¿No les gustó la sorpresa? – preguntó la morena

Amelia escaneo todo el lugar y dos cosas no pasaron desapercibidas por ella, una era Apple participando de la coreografía y la otra era su esposa vestida de porrista

- ¡MAMI! ¡LLEGASTE TEMPRANO! – Lexi llegaba a saludar a su madre, mientras seguía mirando a su esposa intensamente

- ¿La cambiaste? – Beth saludó a su madre y agarró a su hija

- Si... – la vista de la morena volvía a su nieta – Está hermosa con ese uniforme, ¿cierto que estas hermosa ovejita? – jugaba con los mofletes de su nieta

- Hola mami – Jules quería su atención también, inmediatamente agarró una de las manos de su madre

- ¡Guau! – silbido – Lobito te ves espectacular – le dijo dándole una vueltita

- Emma dice que la coach me tiene guardado un puesto en el equipo – le dijo

- Si pero para cuando tú llegues la capitana va a ser Lexi, así que mucha suerte con eso – Emma aparecía – Hola mami, ¿qué tal tu viaje? – preguntó atentamente

Antes de contestarle a su hija la morena se quedó mirando a Tomy, el hijo de Marina y María. El niño estaba embobado viendo como Jules giraba en su lugar haciendo que su falda se levante

– Se me hizo corto, por suerte. No veía la hora de verlas – le dijo Amelia acariciando el rostro del perezocito – Conseguí el libro que querías – la cara de Emma se iluminó

- ¿En seri…? – Bella llegaba a saludar a la morena e intimidaba a la melliza

- ¿Cómo estás Amelia? – le preguntó la amiga de su hija

- Bien Bella ¿y tú? – contestó observando que la cara de su hija había adquirido un color rojo tomate y que despacito la melliza se había alejado silenciosamente

Después de charlar un rato con el grupo, la morena prestó atención donde pensaba que estaba el foco de la cuestión, más alejadas del grupo, estaban su esposa y su otra melliza, Apple

- ¿Apple, Luisita algún problema? No sabía que te sabías las coreografía de tus hermanas pececito – agregó mirando a su hija

- Amelia… - Luisita quiso intervenir

- Un segundo... – la frenó la deportista – Primero lo importante – agarró a su esposa y le dio un buen beso – Hola mi amor – saludó

Una sonrisa enorme se le dibujó a la rubia, Apple giró los ojos

– Hola amor – respondió

- Ahora si, ¿qué pasa? – insistió – No es que no me guste ver mi jardín lleno de porristas pero, ¿a que se debe todo esto? - preguntó en general, todas estaban esperando la reacción de la morena

Apple miró a su madre buscando ayuda

– Apple va a hacer la prueba para ser porrista – dijo mirando a su mujer – Y la estamos ayudando a prepararse – informó

Amelia sonrió y miró a su hija

- ¿En serio Ap? ¡Qué bueno! – todas abrieron los ojos gigantes - ¡Basquetbolista y porrista! ¡Guau! – allí estaba el problema

- Emmm… En realidad – Apple se aferró a la rubia y agachaba su cabeza

Luisita siguió por ella

– Va a dejar el equipo de básquet Amelia – le dijo – La entrenadora de porristas no permite que estén en otros deportes – informó

Amelia miró a su hija pero la joven seguí con la cabeza agachada y estaba casi detrás de la rubia

Cuando, donde y como el amor quieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora