Capítulo 57. La derrota de La bestia

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En el set de grabación de "Los sueños de Jessica X"

- ¡Amelia! ¡Luisita! – la actriz las recibía vestida solamente con su ropa interior y con una salida de baño blanca – Que bueno que vinieron – las saludo con un abrazo a ambas

Sin lugar a dudas esta rubia delgada y con facciones finas tenía su atractivo

- No es nada – contestó Luisita – Esta de aquí me trajo casi arrastras – rieron mientras Amelia miraba amenazantemente a su esposa por la mentira que había dicho

- Bueno espero no defraudarlas con mi performance – les dijo – Vengan que les presento al resto del equipo. Caminaba por delante de las chicas hacia un grupo de personas

Amelia aprovechó para susurrarle a Luisita

– Si yo recuerdo bien, fuiste tú la que les robó el taxi a una pareja de ancianos para poder llegar a tiempo. Y también fuiste tú la que no me dejó ir a comprarme un refresco ligth para que no nos demoráramos. No entiendo entonces como soy yo la que te arrastró hasta aquí – le reprochó

- Nadie me creería si lo hubiera dicho al revés – dijo la rubia – De las dos tú eres la que tiene la cara de sexopata – agregó haciendo que la morena abriera la boca grande

- ¿Perdón? ¿Yo sexopata? – se defendió

- Amelia trajiste dos maletas y una de ellas estaba llena de juguetes y lencería erótica – la rubia tenía un buen punto – Juro que pude ver como los agentes de seguridad del aeropuerto nos miraban – apuntó

- ¿Sabes qué…? ¿Sabes qué…? No más sexo para ti – sentenció esquivando la mirada de su esposa

- Amor, ¿cuánto duró la última vez que me dijiste eso? – le preguntó seriamente

- ¡Eso no cuenta! – reprochó – No fue mi culpa que justo diez minutos después de la prohibición, tú elijas usar esos condenados lentes de lectura que me vuelven loca – de sólo imaginársela con los lentes puestos Amelia sucumbía

- ¿Quieres apostar a que en este momento me estás imaginando con los lentes puesto y que si fuera por ti ya mismo me estarías haciendo el amor? – preguntó la fotógrafa

- No – se negó rápidamente

- ¿Y por qué no, cariño? – preguntó pícaramente

- Porque perdería – contestó sin dudar

- ¿Cuál es la conclusión entonces? – Luisita seguía razonando con su esposa

- Qué yo soy la sexopata – acertó

- Así me gusta cariño – le dio unos golpecitos en la cabeza para irse con Jessica que las estaba esperando

- ¡Oye! No soy un perro – le dijo. Amelia suspiró y miró el caminar de su esposa - ¿Algún día podré resistirme a ella? – se preguntó

- Amor… ¡Ven! – le gritó Luisita

Amelia apuró su paso

– Nunca, nunca voy a poder. Condenada rubia con trasero y pecho de dioses – se dijo a sí misma

- Mira cariño... – le dijo apenas llegó a su lado – ...ellos son Paul HORNY (caliente) – Amelia miró la cara de su esposa ante el apellido del apuesto y musculoso hombre - Samantha BOOBS (pechos)… – Menos mal que la morena había descartado Boobs como su apellido artístico. Amelia saludó a la joven rubia de marcadas curvas – Y… - la rubia miró a Jessica porque aún no sabía el nombre de la última mujer que parecía la mayor de todos y que no sacaba la vista de la deportista

Cuando, donde y como el amor quieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora