Capítulo 72. Te falta un no se que

2.4K 190 259
                                    

Dos años después – Casa de Luisita y Amelia

- Mamá, no creo que esto sea una buena idea – Beth, en la cocina de su antigua casa, hablaba con Luisita – Me encanta la idea de una fiesta sorpresa, pero lo de los disfraces me parece demasiado – agregó oponiéndose a la idea de su madre – A mami Amelia no le va a gustar esto para su cumpleaños – se negaba rotundamente

Luisita giró los ojos

– Vamos Beth… Va a ser divertido – dijo revolviendo en las cosas que estaban arriba de la mesada

- ¿Fue idea de la tía Marina, cierto? – preguntó – Lleva tiempo tratando de vengarse de mami – sacudió su cabeza para luego mirar a su madre sospechosamente, la rubia estaba sonrojada – No puedo creerlo… fue idea tuya – la apuntó

- Nooooo – se defendió y agarró su taza de café – Yo solo ayude a Marina a idearla – confesó

- ¡Lo sabia! - Beth dio un golpe en la mesada – Tú también quieres vengarte… ¡Fue un error! – defendió a su otra madre

- Error o no, tu madre y María nos engañaron a las dos – insistió Luisita

Beth giró los ojos

- ¿Y por qué no se quieren vengar de la tía María? – indagó la ya mayor cangurín

- Porque María estaba embarazada, no sabía lo que hacía, estaba mormonal y tu madre la engatuso para su propio beneficio – dijo sin perder la calma

- Sabes cómo es mami, no pudo aguantarse – habló Beth – Tú llevabas tiempo negándoselo y ella necesitaba hacerlo – era memorable la fuerza con la que Beth defendía a Amelia

- Tú la defiendes, porque tú le hiciste lo mismo a Lucas… de tal palo tal astilla – Luisita todavía se acordaba cuando Lucas le contó la vez que Beht lo había engañado para salirse con la suya

- Mami y yo somos dos almas libres atrapadas aprisionadas por espantosos seres como ustedes dos – dijo Beth riendo

Luisita se rio a la par de su hija

– Además... – Beth siguió – Yo le advertí a Lucas antes de irnos a vivir juntos, que de vez en cuando necesito hacerlo, que es algo que llevo en la no sangre – lo decía por Amelia – Y si él se empeñó en negármelo, de alguna forma lo tenía que hacer - agregó

- No te preocupes que lo sabemos, y yo misma me encargue de decirle a Lucas que te tuviera bien vigiladita – le dijo su madre

Beth giró los ojos justo cuando su tía Marina entraba a la cocina

- ¿De qué hablan? – les preguntó

- De que tú y mamá están haciendo todo esto... – señaló la mesa llena de cosas variadas – ...solo para vengarse de mi mami – explicó Beth

Lejos de mentir Marina habló con la pura verdad

– El bomboncito no debió manipular a mi hermosa esposa para que las llevara al parque a llenarse de lodo – la verdad había salido

- ¿Y qué quieren que haga si ustedes no la dejan ir sola? – contestó preguntando

- ¡Cada vez que va alguien vuelve con lodo! – saltó la castaña – No podía verle la cara a mi mujer de tanto lodo que la cubría - protestó

- Ustedes están celosas porque son las únicas dos de la familia que no han probado el lodo – Beth había dado en la clave

- Nada que ver – esquivó Marina

- Estás hablando cualquier cosa – disimuló Luisita

Beth hizo una mueca burlona, había dado en el clavo

Cuando, donde y como el amor quieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora