Capítulo 8. Como conseguir amigos en tres pasos fáciles

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A la salida del colegio de Beth

- ¡Amelia! ¡Amelia! - Beth salía corriendo hacia la morena y pegaba un salto enorme para poder treparse a ella

- ¡EPA! Que salto que has dado mi pequeño cangurito – Amelia atajaba a la niña en el salto y la levantaba, giraba, sacudía, subía y bajaba – Pero que livianita estas, parece que estuvieras hecha de trapo – la morena seguía jugando con Beth. Le encantaba hacerla reír

- Ya, ya, ya – decía Beth mientras estaba cabeza abajo un poco mareada

- Bueno y bien ¿nos vamos? - decía Amelia mientras dejaba en el piso a la niña - Quizás, digo, solo quizás haya un regalo para ti en mi coche

- ¿Un regalo? – Beth abría los ojos gigantes - ¿Qué estamos esperando entonces? Vamos, vamos – agarraba la mano de la morena y la trataba de mover con pocos éxitos hacia donde estaba el coche, Amelia se dejo llevar

Cuando se aseguró que Beth estuviera bien ubicada y con el cinturón puesto. Saco de la parte de atrás un paquete y se lo dio a la pequeña

- Toma bicho bolita

Amelia no supo como pero en un abrir y cerrar de ojos Beth tenía en la mano un hipopótamo violeta un poco más grande que Hipo

– Guauuuuuuuu – la niña ya abrazaba a su nuevo juguete – ¡Ahora Hipo tiene un amigo!

- Lo sé. Me pareció que no era justo que nosotras nos divirtiéramos mientras Hipo se queda solo toda la tarde. Oye le tienes que poner nombre – Amelia no podía esconder su sonrisa al mirar a la niña

- ¡DOS! – anunciaba Beth entusiasmada

- ¿Dos que? No, no, es un solo regalo por ahora que si tu madre se entera que el primer día te ando regalando cosas, me va a dar la mirada mortal y BUMMM fin del mundo – Amelia se ponía nerviosa sólo de pensar en esa mirada

"Si Luisita fuera un jugador del Mortal Kombat su ficha personal diría: "Arma más poderosa: tiene una mirada mortal que hace que quieras tirarte del piso 50 de un edificio"- Amelia se reia de su propia pensamiento hasta que la voz de la niña la saco de ahi

- DOS quiero que se llame. El otro es Hipo uno, este es DOS – explicaba Beth lógicamente

- ¿DOS? Oye tenemos que empezar a trabajar en tu imaginación -sonreía al ver el gesto serio de la niña - Dos es perfecto pequeña rubia bonita - Amelia le hacía cosquillas – Anda sujeta fuerte a Dos que nos vamos a tomar la media tarde – dijo encendiendo el Jeep

En un bar donde Amelia solía frecuentar

Amelia agarra a Beth de la mano para cruzar la calle y entrar al bar a tomar la media tarde. Era muy gracioso ver a Beth sujetando un peluche casi la mitad de su tamaño. Al mismo tiempo una mujer quiere entrar con ellas pero la morena se adelanta y abre la puerta

– Adelante señoritas – dice Amelia dejando pasar a la otra chica y a Beth. Beth la mira y Amelia se agacha y le dice guiñándole un ojo – Siempre hay que ayudar a damiselas en peligro

Se sientan en una mesa y se les acerca una chica a atenderlas

- Hola Amelia. Uy pero veo que hoy tienes muy buena compañía – dice la camarera que suele atender a la basquetbolista mientras le da la mano a la niña

Cuando, donde y como el amor quieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora