Capítulo 45. ¡Tilin! ¡Tilin! ¡Tilin!

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En momentos como estos era cuando Amelia menos extrañaba a su madre, no se confundan, Amelia amaba, ama a su madre, pero vivir, mejor dicho, sobrevivir el día del estreno de algunas de sus obras junto a ella, era toda una hazaña. Su padre y ella pasaban todo el día anterior planeando su accionar

"Yo me voy encargo de ella por la mañana y a la tarde tú. Y nos vemos en el teatro" , le dijo el hombre el día anterior al estreno de Wicked. "¿Por qué me toca la peor parte? Se supone que tú eres su esposo… En las buenas y en las malas dicen, ¿no? Bien, que te gusta ir con ella por la alfombra roja después y saludar a las cámaras con cara de bobo" , contestó una adolescente Amelia

Los dos sabían que las mañanas eran más llevaderas porque su madre se entretenía vocalizando o eligiendo su vestuario o se perdía en largas charlas con el director de la obra. Pero las tardes, esas malditas cuatro o cinco horas antes de ir para el teatro era terroríficas, tan terroríficas que apenas algunos de los dos escuchaban: "¡TOMÁS!" o "¡AMELIA!" se convertía inmediatamente en un partido de rugby, padre versus hija para ver quien salía primero por la puerta

Amelia prefería estar jugando a las escondidas con Freddy Kruger, Jason y Scream antes que volver a sentir esos temblores que le ocasionaban los gritos de su madre

Hablando de películas de terror... ¿Vieron que dicen que las segundas partes nunca son buenas? Bueno, en este caso no era cierto. La película de terror se repetía y podía ser fácilmente titulada como: "La Masacre de Amelia II" y puedo asegurar que esta segunda parte estaba siendo mucho más violenta, mucho más sangrienta, mucho más terrorífica que la primera

Porque si había algo peor era convivir con toda la familia Gómez y la familia Crespo el día del casamiento de Marina. Y Amelia lo supo, lo supo desde el momento en que su adorada novia, con su mirada fatal, con su poderosa sonrisa y con su perfecto trasero, entró con el vestido de novia de Marina en mano y le dijo: "Amor mañana vienen Marina y su familia a cambiarse aquí"

Y cuando esa mañana, la morena llegó de su trote matutino y vio a Marina con su madre, su abuela, su hermana, tambien a Manolita, Marisol, Beth y su novia corriendo por todo el departamento, no pudo evitar escuchar la risa de su padre y su voz diciendo: "Esta vez te tocan las mañanas y las tardes y encima son ochos mujeres más"

Por si fuera poco la situación se agravió cuando vio sentados cómodamente en su sillón al padre de Marina junto a Marcelino y a John, el esposo de la hermana de Luisita, que desde que se lo habían presentado, no le caía del todo bien a la deportista. Pero, como bien su novia le había resaltado, últimamente a Amelia no le caía bien nadie que se acercara a más de dos centímetros de Luisita y más si tienen esas "confiancita"

"La masacre de Amelia II" comenzó con una lectura de la abuela de la castaña, acerca de lo inapropiado, de lo inadecuado, de lo terrible, de lo espantoso que había sido el comportamiento de la basquetbolista una vez dictaminado el fallo de la, ahora disuelta, LPDL

¿Acaso era culpa de Amelia que ellos eligieran pasar tres horas afuera del departamento solo porque Luisita estaba repitiendo constantemente palabras como: "DIOS MIO AMELIA", "MÁS, MÁS, MÁS", "JODER AMOR",  "AHORA CON LA BOCA" y algún que otro gemido o pequeño grito?

¿Acaso era culpa de la deportista que su novia estuviera usando una toga y que ella no pudiera evitar querer arrancársela con los dientes? Pero mejor echarle la culpa a Amelia, ¿no? Una Amelia que si, en el momento en que la abuela de Marina le estaba hablando, hubiera estado encadenada por los pies como en la película SAW, sin dudarlo ya hubiera serruchado su pierna y escapado de la matriarca de la familia Crespo saltando en un pie. Estaba segura que si moría desangrada iba a sufrir menos

Cuando, donde y como el amor quieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora