Cuando, donde y como el amor quiera

Capítulo 21. El primero pero no el último

Departamento de Luisita

- TÍA MARINA, ¡APURATE! – Beth llamaba a su tía que por decima vez había entrado al baño a arreglarse – Mamá, ¿quieres ir a buscarla?. Quiero saludar a mami antes de que empiece el partido – la niña convencía a su madre con pucheros

Luisita golpeo insistentemente la puerta del baño

– MARINA – golpeo de nuevo – MARINA VAMOS A LLEGAR TARDE – volvió a golpear – MARINA CRESPO SI NO SALES YA MISMO, PARA EL PROXIMO CUMPLEAÑOS DE MARÍA LE VOY A REGALAR OTRO GATO – amenazo la rubia. La puerta se abrió de golpe

– No tienes porque llegar a los extremos Luisita, ni en broma digas eso. ¿Estoy bien? – preguntó la abogada que se había puesto un vestido corto más como para ir de fiesta que para ir al estadio

Luisita la miró de arriba abajo… pero Nieves contestó antes que ella

– Marina, tú sabes que vamos a un partido de básque, ¿cierto? – la castaña asistió – Y, ¿por qué demonios te has puesto un vestido de noche? - preguntó sin pelos en la lengua

- Ey… somos las invitadas VIP de la estrella del equipo, esto... – señalo su vestimenta - ...va a lucir hermoso en cámara – concluyó la castaña –Además se ve el final de la firma de Irina, ¿ven? – les mostraba el pecho a sus amigas

- YO NO ME SIENTO AL LADO DE MARINA – dijo Mateo levantando la mano

- YO TAMPOCO – dijeron el resto a coro con sus manos alzadas

- ¡MARÍA! Baja la mano – exigía la abogada a su prometida

- Lo siento Marina pero no quiero que la gente se ria de mi si nos enfocan en la pantalla del estadio – explicó María razonablemente dejando a Marina pensando

- Ya vuelvo – anunció la castaña y se metió a la habitación de Luisita

- ¡NOOOOO! ¡MAMI! ¡Que vamos a llegar tarde! – la niña no aguantaba otro cambio de ropa de su tía

- Lo se cariño… lo se – la calmaba Luisita que se sentaba a su lado en el sillón

En el Estadio de las Liberty

- Miren a esos haciendo fila – Marina señalaba a la gente que estaba esperando entrar al estadio – QUE BUENO QUE LA GENTE VIP COMO NOSOTROS NO TENENOS QUE ESPERAR – decía en voz alta. La casi fama se le subía a la cabeza

- Marina ya deja eso – la regañaba Luisita – Beth cariño no corras – agregaba al ver que su hija salía rápido hacia la entrada del estadio donde había un hombre grandote tipo guardaespaldas o algo así

- ¡Jack! – saludaba la pequeña al hombre

- Ey pequeña Beth, llegas justo, Amelia se estaba preocupando – se ve que el hombre las estaba esperando

- ¿Beth? – pregunto su madre al ver como la niña hablaba con el señor

- Mamá el es Jack, Amelia lo mando a que nos esperara – explicó la pequeña señalando al hombre que ahora hablaba por su móvil

Cuando ya estuvieron todos juntos Jack los hizo entrar

– Bien. Amelia me pidió que les preguntara si quieren ver el partido en las tribunas o desde el salón – el hombre los miró esperando una respuesta