𝘓𝘰𝘷𝘦 𝘪𝘴 𝘱𝘢𝘪𝘯 (𝘛𝘰𝘮𝘶𝘳𝘢 𝘚𝘩𝘪𝘨𝘢𝘳𝘢𝘬𝘪).

Capítulo 20.

Una semana después.

p.o.v Tomura Shigaraki.

-Vuelve a abrir el portal en diez minutos- le ordene a Kurogiri quien aún no estaba del todo de acuerdo sobre mi idea.

-¿Estás seguro, Shigaraki Tomura?- asentí mientras me levantaba de mi asiento, tomé aquellos guantes y me los coloqué con ayuda de dos dedos, así correría menor riesgo a que me descubrieran por algún mínimo error que cometiera.

-Ábrelo- ordené nuevamente a lo que el contrario hizo caso, abriendo un portal que daba a la casa de ____, entré por el mismo saliendo en el patio trasero del lugar, al parecer por lo que habíamos podido investigar, ella se encontraba sola.

Comencé a caminar con lentitud mientras me colocaba la capucha, terminé de acercarme a la puerta que daba al patio trasero y la deslice con cuidado, agradecí que estuviera sin llave y me adentre en la casa, tendría que cuidar el no hacer mucho ruido.

Comencé a caminar mientras observaba todo con calma, entonces divisé un portarretratos que tenía una foto de ella, lo tomé con lentitud y sonreí observando mejor el mismo, una niña con cabello blanco y negro, era de ____ cuando era niña, tenía la edad con la que la había conocido, un pequeño broche adornaba su cabello, que recogía el mismo dejando ver mejor su rostro, el cual tenía una pequeña sonrisa a la par de unas mejillas rosas.

Dejé el portarretratos y me dirigí hacia las escaleras, las que comencé a subir con lentitud, aunque eran de madera, ni siquiera rechinaron, al mirar la primer puerta la abrí con lentitud, era una habitación la cual solamente tenía una cama y un armario, cerré de nueva cuenta la puerta y seguí a la otra, abrí la siguiente puerta, la cual era una habitación repleta de pósters de superhéroes, hice una mueca ante ello y volví a cerrarla.

Caminé hacia la siguiente y abrí con lentitud la puerta, divisé entonces un cuerpo cubierto por una manta, debía ser ella, dí unos pasos más adentrándome por completo en la habitación, su habitación se sentía fría, por lo que dirigí mi vista hacia la ventana que yacía ahí.

La cual estaba abierta por completo, hice una mueca y miré de nuevo a la bicolor, me detuve justo a su lado y observé con detenimiento su rostro, ella parecía estar relajada.

Y entonces, por primera vez en años me permití sonreír con el corazón, aunque ahora mismo ella no me recordara en lo absoluto, no podía evitar sentir que ella era aquella niña de la que me había flechado, aquella niña que me había devuelto el color a mi vida.

|Flashback|

-Recuerda que tienes que hacerte su amigo- añadió mi sensei mientras me extendía unos guantes, los tomé justo como me había dicho, con solamente dos dedos.

-Entonces, ¿Ella tiene el cabello negro y blanco?- cuestioné mientras terminaba de abrochar los guantes, los cuales dejaban a la vista un par de dedos de cada mano.

-Sí, ahora ve- añadió mientras él se adentraba más en aquel callejón, asentí ante ello y comencé a caminar con lentitud hacia aquel orfanato en el cual estaría la niña de la que tanto había hablado mi sensei.

El sonido de una chicharra sonó de repente, siendo la causante de que un sin fin de niños salieran corriendo al patio del orfanato, me detuve en los límites de la cerca de impedía el que los niños se escaparan y comencé a buscarla con la mirada.