Capítulo 47.

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p.o.v Izuku Midoriya.

Suspiré con pesadez a la par que me adentraba en el salón, a diferencia de otros días, las voces que se escuchaban eran casi inexistentes, tal parecía que ninguno de nosotros estábamos listos para regresar a esta nueva "normalidad" sin ____ en nuestras vidas, por el rabillo de mis ojos observé a Hiro.

La tristeza en la que estaba sumido parecía formar una especie de ambiente oscuro, como si en cualquier momento la oscuridad viniera a jalarlo hasta lo más profundo de un agujero, terminé entonces por sentarme en mi lugar, observando ahora hacia enfrente, las luces estaban parpadeando con lentitud, asumí así que debía tratarse de Hiro o Kaminari.

-No soy yo- Kaminari se defendió mientras miraba a Mina, ella entonces miró a Hiro y torció una sonrisa pareciendo entenderlo mejor.

¿En qué momento el color y la alegría de todos se había ido?

Bajé la vista hacia mi mesa, recordando así los días en los que ____ solía intentar trenzar mi cabello al estar detrás mío, como reflejo giré hacia atrás, un agujero se formó en mi estómago, era como un golpe nuevamente a la realidad el ver su lugar solitario, como si jamás hubiera habido alguien ahí.

Ni siquiera se encontraban las calcomanías que ella y Hiro solían pegar en la mesa y silla de su banca, me estiré mejor y abrí así su mesa, observando como no había aquella libreta que ella solía dejar, libreta que solía entretenerla durante las clases del sensei Cementoss.

Era como si quisieran borrar su existencia, mi vista comenzó a nublarse, entonces reaccioné cerrando la mesa de golpe, callando al instante los susurros bajos de los demás, sabiendo bien que tenía ahora las miradas de todos en mí, me giré con lentitud a la vez que tragaba aquel nudo que parecía intensificarse con el paso de los segundos.

-Buenos días- Aizawa-sensei anunció antes de cerrar la puerta detrás de él.

-Buenos días- solo unos cuantos de nosotros alcanzaron a decir, no alcé el rostro, ya que, mi misión había fallado rotundamente, las lágrimas habían salido sin siquiera permitirlo.

-¿Midoriya?- la voz de Kirisihima fué la voz que distinguí entonces, sin soportarlo más, me levanté de mi lugar y caminé con rapidez hacia la salida, dirigí apenas mi vista hacia el sensei, quien solamente asintió.

Con aquel permiso continué mi camino, saliendo por completo del salón, rumbo al baño, no entendía el por qué ahora era cuando mis sentimientos me traicionaban, cuando había logrado retener todo esto.

Cerré mis ojos mientras me sostenía del lavabo, el primer sollozo salió, intenté callarlo, pero fué en vano, ya que, unos más salieron haciéndole compañía a las lágrimas que resbalaban sobre mis mejillas, no podía entender lo que sentía, tenía miedo y tristeza sobretodo, pero... aún así no era suficiente para estar así.

Unos pasos comenzaron a escucharse, por lo que me levanté del suelo a la vez que alisaba mi uniforme, había dejado de llorar ya hace unos minutos, sin embargo, no había podido moverme.

-¿Estás aq...?- Hiro no terminó en cuanto me vió, sin embargo, no dijo más, caminó con lentitud a un lavabo.

-¿Aizawa-sensei te mandó?- pregunté un poco avergonzado, él solamente negó con calma, unos segundos pasaron, ninguno dijo nada, por lo que un poco incómodo añadí -¿Entonces?- él se enderezó.

𝘓𝘰𝘷𝘦 𝘪𝘴 𝘱𝘢𝘪𝘯  (𝘛𝘰𝘮𝘶𝘳𝘢 𝘚𝘩𝘪𝘨𝘢𝘳𝘢𝘬𝘪).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora