AMOR ESCRITO CON SANGRE (PRIMER LIBRO DE LA SAGA AES)

1. Medusa y Candy

El poder total, es exactamente lo que todos quieren no importa de que siglo seas, siempre existió una guerra en busca de ocupar el más alto rango de poder ¿Pero por qué? Porque entre el dilema de ser controlado y controlar tú siempre elegirás controlar.

Pero mírate eres un simple mortal, soñando despierto, leyendo detrás de una pantalla mientras estás acostado sin saber que en el mundo real, es decir, en la verdadera realidad eres la especie más débil e ignorante.

Durante décadas completas la humanidad ha cargado consigo demasiado secretos que podrían hacer que tú te mojes los pantalones ¿Estás preparando para saberlos o tienes miedo? Porque si lo estás te contaré mi historia y créeme que te volverás más loco que yo.

Si sigues aquí me presento soy Daimon Acatriel y junto con mi gemela Alaia Acatriel asesinamos a un sacerdote a tan corta edad, por tal razón en los periódicos y noticieros nos señalaron como "los demonios de Lucifer" pero la verdad es que detesto ese apodo porque ese tal Lucifer se lleva los créditos así que les contaré la verdadera historia, no la historia que contó los noticieros dónde dos chicos enfermos de la cabeza arremetieron contra un "inocente" sacerdote.

La verdadera historia se traslada en el año 2003 del mes de mayo, exactamente el día 30, el día en la que una misteriosa mujer dio a luz en un hospital a dos gemelos idénticos, esta mujer no espero recuperarse del parto ni siquiera nos vio después de nacer. Se escapó dejándonos a mi hermana y a mí huérfanos, como estábamos recién nacidos y no había ningún dato con referencias a algún pariente nos mandaron a un instituto especial para que una familia nos adoptará.

Desde pequeños nuestra belleza acaparó la atención, éramos dos bebés de ojos café claro, cabello negro rizado, ojos hacinados, nariz respingona, cejas pobladas y de piel morena. Todos los padres que visitaban el orfanato querían llevarnos con ellos, pero luego de pasar unas semanas con nosotros nos devolvían porque éramos insoportables llorábamos todo el tiempo y más cuando nos separaban a los dos, no costaba comer y mientras íbamos creciendo nos volvíamos más traviesos y dañinos. Así que hubo un instante dónde simplemente ya ni nos quería acoger porque tenían miedo que acabáramos con sus decoraciones caras, que pintáramos las paredes o simplemente quemamos la cortina. E incluso en ocasiones intentamos matar a sus animales.

— Regresaron ¿Qué hicieron ahora?— pregunto la monja superiora.

Se me olvidaba decir que el orfanato donde estábamos es católico.

Mire a mi hermana y luego a los padres que nos había acogido en su casa por dos días.

— ¿No me ve? Me cortó el cabello mientras dormía ¡Estos niños están locos no deberían estar en este lugar deberían llevarlos a un manicomio! — expuso la mujer que había quedado pelona.

Mi hermana dijo que quería tener un cabello así de bonito, así que se lo corte a esa señora para dárselo a mi gemela ¿Por qué soy el malo? Ella es la loca que quería pegarnos con bate por tan solo eso.

— Mi esposa tiene razón los voy a demandar— amenazó el esposo de esa mujer.

Lo miré mal, él desde que nos llevó a su casa nada más nos trató a mi hermana y a mí como sus sirvientes.

— ¡No hagan eso!— grito la superiora preocupada— Sé que podemos resolver esto, ustedes no se muevan de aquí — manifestó esto último con una mirada cargada de enojo.

Trague saliva al pensar en los golpes que vamos a recibir de nuevo.

La superiora se llevó a la pareja lejos de nosotros y me hermana de inmediato me abrazo con miedo.

— Tranquila no voy a dejar que te pegue a ti— dije con seguridad.

 Entendía que tenía que cuidar a mi hermana de todos.