13. ¿Quieres retar a un oficial?

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Alaia

Me despedí de Mike para ir en busca de mi hermano porque la preocupación me estaba matando, quería asegurarme que estaba bien así que pregunte y me dijeron que ya estaba en mi habitación lo cual me tranquilizó.

— ¿Por qué dejaste que tu hermano hiciera esa estupidez?— me cuestionó mi papá en el marco de la puerta.

Porque no puedo detener nunca a Daimon, él hace lo que quiere y está vez en parte apoyaba que le diera una paliza a ese imbécil que te trato mal.

— Papá Daimon solo quería defenderte— dije en lenguaje de señas.

Papá negó y abrió la puerta, ahí estaba mi hermano durmiendo... ¿Durmiendo? En serio es raro verlo haciéndose eso.

— ¿Se drogó de nuevo?— me preguntó.

Podría ser, pero normalmente las drogas que toma únicamente lo relajen un poco no tienen ese efecto.

— Lo dejaré pasar porque tu hermano tienes problemas para dormir, pero no volveré a repetir esto— me miró como si estuviera cansado— No tienen que defenderme o preocuparse por mí, solamente tienen que cumplir sus misiones ¿Entiendes?— se comunicó con el lenguaje de señas.

Asentí aunque en el fondo no dudaría dos veces en ir a defenderte de nuevo papá.

— Tengo que regresar al trabajo... Por cierto encontraron otro cuerpo de una viajera así que deja de jugar y busca al infiltrado antes de que los próximos sean ustedes— me regaño.

Solo me quedé callada y asentí, sabiendo que mi misión era casi imposible porque ese infiltrado parece ir dos pasos más de delantera.

Me acerqué a mi hermano asegurándome que respirara y que no estuviera enfermo.

— Por ahora no morirás, mantente así mucho tiempo— susurré antes de levantarme para ir a buscar algo de comer para mi hermano.

Y de paso mirar si ya entregaron los resultados de las pruebas. Fui a los comedores y pedí comida, la cual lleve al cuarto de nosotros y la dejé ahí para Daimon antes de salir de nuevo al campo de entrenamiento.

En el camino noté que había varios policías a fuera de una habitación y me acerqué para ver si conseguía información de la forma en la que asesinaron a la chica.

— Los estudiantes no pueden estar acá— señaló alguien detrás de mí.

Me volteé y ahí estaba un chico cabello negro, ojos café oscuro, piel trigueña y facciones que lo hacían ver intimidante al igual que su traje de policía que dejaba a ver qué no  era el estereotipo de policía come donas.

— ¿Por qué? Tengo que pasar por este pasillo para mi entrenamiento — señale sin dejarme intimidar.

Si este tipo cree que me va a intimidar por una placa está loco.

— ¿Quieres retar a un oficial?— cuestionó con una sonrisa llena de superioridad.

Me acerque a él sin miedo alguno, levanté mi ceja y lo mire de arriba para abajo analizando las maneras de quitarle esa sonrisa encantadora.

— Y si digo que si ¿Qué harás?— entendí mis brazos y sonreí como él lo había hecho— ¿Me podrás tus esposas? Porque si es así inténtalo a ver si puedes— lo reté mirándolo directamente a los ojos.

Con un solo dedo que pongas en mí estarás en el suelo suplicando que te suelte.

— ¿Eso es lo que quieres niña?— cuestionó antes de reírse de mí— No caeré en tus provocaciones, mejor ve a tu clase y deja de intentar meterte en problemas con tus superiores— expuso con tono arrogante.

AMOR ESCRITO CON SANGRE (PRIMER LIBRO DE LA SAGA AES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora