26. Quiero quitartelas

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Daimon

Comí todo el pudin yo solo, luego Vincent me trajo golosinas y bebidas mientras me mostraba su colección de libros.

— ¿Cómo puedes leer tanto? Yo trato de hacerlo, pero me da dolor de cabeza o mis ojos se cansa— admití tomando de mi bebida.

Vincent tenía una pequeña estaría que funcionaba como biblioteca en uno de los rincones de su cuarto.

— Creo que fue un gusto adquirido, mi hermano siempre me regalaba libros para que los leyera— cogió un libro en sus manos y lo trajo consigo para luego sentarse conmigo en el suelo— No teníamos mucho en común, mis padres le exigían mucho y él era un rebelde sin rumbo, pero cuando se trataba de hablar sobre libros podíamos quedarnos horas— Abrió el libro que tenía en sus manos y me mostró las notas que tenían guardadas en este.

Eran dedicatorias cortas, frases y preguntas que no entendía.

— Guardo esto porque son mis recuerdos preciados— admitió.

Lo miré con curiosidad y cerré mi botella.

— ¿Se murió?— pregunté.

Él negó de inmediato.

— Solo se escapó para vivir su vida lejos de lo que mis padres imponían, se fue cuando yo tenía 13 años y ha pasado mucho desde que he hablado con él— murmuró con tristeza.

"Gana su confianza, has que se sienta cómodo contigo" Tengo que hacer eso y conozco la manera.

— Yo no conocí a mi madre, pero desde siempre he estado pegado a mi hermana, ella es muy inteligente, amable y fuerte, aunque a veces es muy insegura con su físico y no entiendo por qué es una hermosura, de verdad lo digo es mi gemela y después de todo se parece a mí— exclame orgulloso.

Cuenta algo de ti, has que sientas que te conoce, que lo comprendes y se está seguro a tu lado. Eso es manipulación.

— ¿Tienes una gemela? Eso sí, no lo sabía— exclamó sorprendido.

Si, y nos parecemos bastante físicamente aun cuando nuestras personalidades sean diferentes.

— Pronto la conocerás, es buena chica, se parece un poco a ti en la parte de leer libros y ser buenas personas— murmuré.

Baje mi cabeza al recordar las cosas que he tenido que pasar con mi hermana, todo lo que pudimos evitar si la organización nos hubiese dejado con nuestra madre.

— ¿Te llevas bien con ella?— preguntó.

Asentí, aun cuando peleamos muy seguido.

— Peleamos, ya sabes cómo lo harían cualquier hermano, digo yo soy muy sobreprotector y ella no quiere que la cuide— lo cual es un problema.

Vincent me miró con curiosidad.

— ¿A qué le tienes miedo? Digo si la proteges tanto es porque algo debe haber en medio— cuestionó.

Le temo a todo porque sé lo podrido que está este mundo y sé que al final de las historias los primeros en morir siempre son los gays y los de color... Buenos, nosotros somos de color.

— ¿De verdad quieres saber?— cuestione.

Este asintió y me quite la camisa para luego darle la espalda y mostrarle las cicatrices que tenía en ellas.

— ¿Quién te hizo esto?— cuestionó preocupado.

Claro, no es normal que un niño tenga una enorme cicatriz de quemadura cubriéndole la espalda.

— Soy adoptado, de pequeños mi hermana y yo estuvimos en un orfanato, en ese lugar nos colocaban padres temporales en ciertos momentos esperando que nos adoptarán— mire mis guantes teniendo miedo de mostrar esas cicatrices— Algunos padres que nos cuidaban estaba muy mal de la cabeza, una vez nos tocaron unos padres sustitutos que nos dejaron durmiendo con los perros toda la noche, sin comer ni tomar agua— me detuve al sentir el enojo recorrer por mi cuerpo.

AMOR ESCRITO CON SANGRE (PRIMER LIBRO DE LA SAGA AES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora