2. Garavito

3.3K 344 148
                                    

(Aclaración: este capítulo no tiene la intención de promover actitudes y pensamientos negativos y violentos, simplemente quiere informar y crear escenario totalmente ficticios)  


Todos creen que el peligro solamente está en la calle o en los desconocidos, que las personas que visten de traje y hablan educadamente no son capaces de robar, que en la iglesia solo enseñan amor y respeto pero se equivocan.

Nadie me lo enseñó yo lo viví, luego de que mi gemela y yo torturáramos y dejáramos el cuerpo sin vida del asqueroso sacerdote que utilizo engaños para que mi hermana le hiciera sexo oral, si sexo oral porque lo mejor que le pueden hacer al mundo es decir las cosas por su nombre, enseñarle a los niños sobre consentimiento y sexualidad para que no venga un enfermo y quiera engañarlos  o lastimarlos.

Pero no los voy a aburrir con ese debate, mejor les cuento lo que pasó luego de que encontrarán el cuerpo del sacerdote y a nosotros con todas las pruebas para señalarnos como "culpables".

Ese día llamaron a la policía de inmediato, los chicos a nuestro alrededor nos miraban como si fuéramos los malos, estaban asustados por nuestra presencia.

La monja nos llevó a mi hermana y a mí a un lugar mientras la policía llegaba, nos pasó una toalla y nos miraba como si nos tuviera miedo. Me gustaba verla así y no entendía por qué.

- ¿Saben lo que hicieron?- cuestionó la monja.

No entendía por qué lo preguntaba, es claro lo que hicimos, miré la sangre.

- Si- dijimos al mismo tiempo.

Mi hermana y yo estábamos agarrados de la mano.

- ¿Por qué le hicieron eso al sacerdote? ¿Cómo? Ese hombre era bueno no merecía que ustedes le arrebataran la vida, Dios guarda en tu máxima gloria al hombre que brindo años de fe y bendiciones a este sitio- dijo la monja esto último mirando al techo y agarrado su cruz con fuerza.

No hay nadie ¿Por qué le encanta hablar sola? Nunca hay nadie, ni cuando a mi hermana y a mí nos pasan cosas malas lo hay. Nadie aparece para ayudarnos, siempre tenemos que cuidarnos nosotros mismo porque no hay nada.

- Él metió su pene en la boca de mi hermana, eso está mal- exclamé molestó al recordar lo que había visto.

Mi hermana está pequeña, él estaba grande y los mayores siempre dicen que esas cosas únicamente se hace entre grandes así que está mal que lo hiciera con mi hermana.

- ¡No digas esa vulgaridad en la casa de Dios! Eres un mentiroso, siempre lo has sido, el sacerdote Juan nunca haría algo como eso, te lo estás inventado- me acuso.

Me levanté de la silla, no estoy mintiendo yo lo vi, fui a buscar a mi hermana y sentí que algo no estaba bien, así que robé un cuchillo de la cocina y cuando vi a ese tipo pidiéndole cosas raras no dude en ayudar a mi hermana.

- ¡No soy un mentiroso, es la verdad! ¿Verdad, Alaia?- le pregunté a mi hermana.

Ella asintió y se levantó conmigo y me volvió a dar la mano.

- Él hizo eso, dijo que así hablaría con Dios y si me hermano dice que eso está mal le creo- me apoyo mi hermana.

Estamos pequeños, no sabemos muchas cosas, pero yo estoy seguro cuando las otras personas hacen algo para dañarnos.

- ¡Se lo imaginaron!- la monja grito molesta- No se atrevan a dañar la imagen de nuestro querido sacerdote, además no creó en su palabra. Si fuera verdad toda esta locura muestren una prueba demuestren que él hizo tal cosa, vamos- nos animó.

AMOR ESCRITO CON SANGRE (PRIMER LIBRO DE LA SAGA AES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora