AMOR ESCRITO CON SANGRE (PRIMER LIBRO DE LA SAGA AES)

31. Hazlo hasta que la marca desaparezca

Narrador omnisciente

Vincent miró a Daimon y sintió que algo en él despertó, un sentimiento que parecía una mezcla de miedo y nerviosismo que estaban provocando que todo su ser se agitara.

El lobo se sobresaltó ante las manos calientes del vampiro que bajaban a su parte trasera con un toque tembloroso como si dudará de lo que iba a hacer.

— ¿No quieres hacerlo?— cuestionó Daimon mirando aquellos ojos que cada vez se llenaban más de ese brillo amarillo que escondía una lujuria y deseo indescriptible.

Vincent trago saliva y miro al lobo que estaba dispuesto a entregarse a él.

—  Podemos ir más despacio... tengo miedo — el vampiro nervioso comenzó a confesar, pero se detuvo cuando el lobo acarició sus mejillas con las manos frías intentando calmarlo.

Daimon acarició las mejillas de Vincent, que se comenzaba a tornar en color rosa muy suave luego de que este dejo un beso en aquella zona.

— No quiero que odies esto, solo quiero que te sientas mejor— beso su nariz de forma infantil antes de sonreír.

Vincent acaba de sacar un poco de humanidad de aquel lobo sin darse cuenta, Daimon fuera de la misión que tenía grabada en su mente realmente estaba preocupado por llegar a lastimar al vampiro.

— ¿Por qué eres tan bueno conmigo? Eres un chico y me conoces muy poco, pero igual me quieres ayudar sin importar que te lastime ¿Por qué?— cuestionó.

Daimon sabía que la respuesta objetiva era por la misión, no obstante en el fondo hay cosas innecesarias que está haciendo porque simplemente quiere hacerlas.

— ¿Bueno? No soy el bueno aquí Vincent, mira esto— agarro la mano de Vincent y se señaló así mismo totalmente desnudo— Te estoy corrompiendo— admitió el lobo.

La mano del lobo estaba fría y la del vampiro estaba caliente, lo que provocaba que ambas temperatura se combinarán para regularse en un punto medio que los hacía sentir cómodos el uno con el otro. 

— ¿Por qué si esto está mal, se siente tan bien imaginar que rompemos todas las reglas en una sola noche?— cuestionó Vincent confundido bajando la mirada avergonzada.

Daimon con su mano libre levantó la barbilla del vampiro para que esté fijara la mirada en él de nuevo.

— ¿Quieres solamente una noche? Vamos Vincent sé más codicioso— Daimon se acercó al rostro del chico que tenía enfrente lentamente aún sosteniendo la barbilla de este— Porque yo no estaré satisfecho con únicamente un bocado del postre— Daimon rozo sus labios con los del vampiro haciendo que este se acercará inconscientemente para devorarlo, pero Daimon se alejó dejándolo con la boca abierta.

Daimon pegó su miembro al cuerpo de Vincent para que esté descubriera que no era el único excitado.

— Dijiste que tengo que preparar lo que quiero comer... Y te quiero a ti—Vincent volvió a colocar su mano en la cintura del lobo, apretando está para luego bajar a la parte trasera de este.

Daimon sintió que el aire se le fue cuando uno de los dedos que antes había tenido en la boca se estaba comenzando a introducir en su interior.

— ¿Te duele?— pregunto Vincent asustado.

Daimon negó mordiéndose el labio avergonzado, este en su interior estaba incómodo por aquella sensación extraña.

— Sigue— pidió Daimon escondiendo su rostro en el pecho del vampiro para que esté, no notará que estaba inquieto.

Aquel lobo sentía como los dedos lo preparaban lentamente simulando embestidas. Todo el tiempo Vincent estuvo pendiente de Daimon para no lastimarlo, el lobo escondía su rostro en el pecho de Daimon apretando un poco la zona porque se sentía de alguna forma tímido, pero no quería demostrarlo.