42. ¿Quieres que te moje a ti tambien?

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Daimon

Dormí tanto que sentí que me levanté con toda la energía para golpear a todos, no recordaba que había pasado luego de fumar la hierba, pero algo bueno debió ser porque me siento relajado como una pluma. Incluso estaba tan animado que me puse a definir mis rizos y cortar un poco estos para verme renovado.

— ¿Ya estás listo?— cuestionó mi hermana mientras se terminaba de arreglar.

Había terminado de comer de lo que papá había traído, pero Alaia no había tocado su comida.

— Si ¿No piensas comer?— pregunté preocupado.

Ella miró la comida y fingió una sonrisa.

— Luego, oye... Vincent estuvo ayer contigo, te cuido, te pusiste mal por fumar ¿Acaso no te dije que dejaras esa porquería?— cuestionó molesta.

¿Vincent? No recuerdo, trate de revisar si había algo en mi cabeza, pero no conseguí nada.

— ¿Me estás bromeando?— pregunté confundido.

Alaia me miró con malicia y comenzó a levantar y bajar las cejas.

— Para nada, llegué, estabas durmiendo como toda un príncipe en los brazos de su amado, dime qué no es mi imaginación y que eso no es solo la misión ¿Te gusta?— cuestionó emocionada mientras me apretaba el brazo.

La mire como si fuera un bicho raro y quite su agarré.

— ¿Gustar? Alaia no digas estupideces, únicamente cogí con él, eso fue todo— aclaré fastidiado.

Lo hice por la misión nada más, no siento nada por él ni gusto, a mí me gustan las mujeres, bueno... No estuvo mal el sexo, pero no es algo que quiera hacer, a partir de ahora no soy gay.

— Que discurso más pendejo, te ves bien con ese vampiro y es bueno, te cuido hasta que yo llegue en la madrugada, no se despegó de ti— admitió haciéndose una película gay en su cabeza.

Si lo hizo, fue su problema, yo no lo obligue. No le debo nada a cambio.

— No soy gay Alaia yo...— mi hermana me pegó en la cabeza.

— No eres gay, pero dejas que te den como a cajón que no cierra, que pendejo— exclamó mi hermana haciendo muecas tratando de imitar mis palabras— Pudiste masturbarlo y así conseguir el semen, pero dejaste que te follara porque querías hacerlo— señaló con superioridad.

Podía pero... ¡Mierda! La detesto ahora.

— ¿Te colocaste rojo? Dame la cara que quiero verte— exclamó sorprendida mientras me seguía por toda la habitación.

Nos detuvimos de repente, papá entro a la habitación.

— No es hora para jugar— nos regañó— Denme lo que consiguieron, tengo que entregárselo a la organización— pidió mi padre en lenguaje de señas.

Alaia y yo nos miramos, sabíamos que teníamos que entregar un avance, así que decidimos entregar el semen que recolecte, pero mi hermana antes lo alteró con un líquido para que el material se dañará cuando intentarán utilizarlo. Eso nos dará tiempo.

— Ten— le pasé el cofre y este lo agarro de inmediato.

Mi padre miró a un lado de la habitación y luego nos miró.

— No dejes que tu hermana salga de aquí si no come— me pidió mi padre antes de irse.

Asentí y mi hermana de inmediato se quejó. Cerré la puerta evitando que saliera.

— Ya escuchaste a comer— dije con seguridad.

—Pero yo no tengo hambre y...—trato de decir, pero la ignoré.

AMOR ESCRITO CON SANGRE (PRIMER LIBRO DE LA SAGA AES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora