AMOR ESCRITO CON SANGRE (PRIMER LIBRO DE LA SAGA AES)

41. Híbridos

Bradly

No entiendo de lo que hablando, todo el tiempo pensé que lo mataron porque se involucró con el tema de la extorsión y el narcotráfico.

- No entiendo nada, pero quiero ayudar puedo hablar con los chicos con poderes que activaron los mío para...- mi primo me detuvo.

- No puedes confiar en ellos ni en nadie Brad, tenemos a los malos entre nosotros y si nos equivocamos podrías morir- me alertó preocupado.

¿Si no puedo confiar en nadie? No tengo idea de cómo ayudar.

- Quiero ayudarte ¿Cómo lo puedo hacer?- Exclamé decidido.

Mi primo me señaló a Samael.

- Búscalo y sácalo de ese lugar, Samael sabrá que hacer cuando despierte- me pidió.

Sentí algo raro en mi pecho y me toqué esta zona de inmediato asustado.

-Se está acabando el tiempo, volveremos a vernos y te diré lo que tienes que hacer ¿Estarás bien?- cuestionó colocando sus manos en mis hombros.

Negué, estoy asustado y no quiero regresar a una realidad donde tenga que asimilar que ya tú no existe.

- No quiero dejarte ir - apreté mis labios sintiendo que mis ojos se cristalizaban.

Mi primo me atrajo hacia él y me abrazo con fuerza, podía sentir su olor y toque como si siguiera con vida. 

- Me duele...no quiero pensarte como un recuerdo...- escondí mi rostro en su pecho sintiendo sus manos en mi espalda intentando darme consuelo- Quiero que vuelvas- las lágrimas se comenzaron a resbalar de mi mejilla sintiendo al mismo tiempo como mi pecho dolía.

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Alaia

Deje a mi hermano en la habitación con Vincent cruzando los dedos para que estos no se les ocurriera hacer nada travieso cerca de mis sábanas. No quiero traumas ¡Dios!

Me teletransporte para buscar a Mike y lo encontré intentando atrapar algo en el aire cerca del inicio del bosque.

- ¿Estás matando mosquitos?- cuestione con diversión.

Este se dio cuenta de mi presencia y pude notar que sus ojos estaban hinchados y rojos al igual que sus mejillas. Me apresuré a revisar que no estuviera herido.

- ¿Qué paso? ¿Alguien te molesto?- pregunté preocupada mientras me quitaba mi abrigo para colocárselo porque este temblaba del frío.

Mike me miró y sin dudarlo me abrazo, ahí fue cuando comenzó a sollozar como un cachorro lastimado.

- ¿Quién te hizo llorar?- pregunté dispuesta a golpear a alguien.

Mike me abrazo con más fuerza mojando mi hombro con sus lágrimas cada vez más lo cual me rompió el corazón.

- Noah piensa-aa... que soy un es-sstorbó- sopló sus mocos y no paraba de temblar.

Agarre su rostro y me enoje al ver que este estaba destrozado.

- Chico papita ¿Me dejas golpear a Noah?- pregunté decidida.

Este negó aun cuando el imbécil de su mejor amigo lo había hecho sentir mal.

- No... él no-oo es el problema- trato de limpiar su rostro y de controlar su respiración- Soy yo... soy un ra-aaro- se volvió a tapar los ojos para seguir sollozando.

Raro ese tipo que deja claro que quiere protegerte de cualquiera que quiera hacerte daño y él es el que termina hiriéndote.

- ¿Por qué? ¿Por qué eres Omega? Eso es normal no...- me interrumpió.