AMOR ESCRITO CON SANGRE (PRIMER LIBRO DE LA SAGA AES)

5. Lobito

Espere lo peor, levanté mi mirada y vi a un chico de ojos azules con gafas, cabello castaño corto, mandíbula definida y con ropa de abuelo sin sentido de la moda.

- ¿Qué haces aquí?- pregunto confundido al verme.

A lo lejos volví a escuchar a los guardias, si me descubren todo acaba.

- Ayúdame por favor- pedí colocando mi mejor cara de tragedia.

El chico se colocó a mi altura y cuando me miró sentí algo raro... Como si esto estuviera mal, sus ojos azules los había visto en algún lado, pero ahora mismo no recuerdo donde.

El chico me dio la mano y me ayudó a levantarme, en ese momento cuando sus manos estuvieron sosteniéndome y nuestros cuerpos estaban pegados sentí que mi pecho dolía.

- Tus oídos...- paso su mano por estos y se sorprendió por la sangre que salía de mis oídos.

Me ayudó a entrar a su habitación y me coloco con cuidado en la cama para qué me sentará.

- Algo paso y no entiendo yo...-no me dejó terminar.

Se alejó de mí y cerró la ventana para encargarse que nadie se diera cuenta de que está aquí con él.

- No puedes estar aquí, no sé quién eres, pero estoy seguro de que no eres de nivel 1 con solo mirarte- se acomodó las gafas y me miró como si quisiera encontrar algo en mi cabeza- Tienes 5 minutos para decirme quién eres antes de que me arrepienta de ayudarte- me amenazó.

Nunca en mi vida me habían atrapado, nunca había cometido un error, pero ahora sentía que estaba en una jaula con únicamente sentir sus ojos sobre mí.

- Tenía curiosidad sobre el edificio de nivel 1, soy nuevo no sé cuáles son las reglas y únicamente quería observar un poco el lugar, pero me comencé a sentir mal— traté de fingir inocencia.

Si cometí un error no volveré a cometer otro más. 

- ¿Quién eres?- pregunto acercándose a mí.

Coloco sus manos encima de mis oídos e hizo algo que me hizo sentir que recuperaba la fuerza de mi cuerpo. Toque mis orejas y ya no había sangre.

- ¿Quién eres tú?- pregunté sorprendido al ver que este me había curado con solo tocarme.

He tenido de cerca a muchos seres sobrenaturales, pero nunca uno había utilizado sus poderes en mí.

- Yo pregunté primero y ahora estás en mi habitación dame una razón para confiar en ti porque no me terminas de convencer- cuando iba a quitar sus manos de mis oídos sostuve una de ella para que no se alejara.

No puedo dejar que desconfíe de mí.

- Mi nombre es Daimon Acatriel, acabo de llegar al edificio 4 yo soy...- este me detuvo.

Coloco su pulgar sobre mis labios haciendo presión para qué me callará, acercó su nariz a mi oreja y la forma en la que su respiración golpeó tal lugar me hizo sentir temor... Es un vampiro de sangre pura reconozco ese olor. Me entrenaron para reconocerlo y ahora sé que el chico que tengo a centímetros de mí puede matarme con solo un movimiento y aunque piense en una manera de escapar él será más rápido y fuerte.

- Sangre de lobo- susurro en mi oreja- Tu olor es débil, pero está ahí- reconoció mientras bajaba sus manos hasta mis manos que estaban cubiertas por los guantes.

De únicamente sentir el toque en el inicio de estas sentí náuseas, me alejé empujándolo de mí.

- No me toques- exclamé molesto.

Sé que tengo que actuar para que no te alertes y me mates, pero no puedo dejar que alguien me toque, lo odio.

Este iba a acercarse a mí, pero los golpes en la habitación lo alertaron.