AMOR ESCRITO CON SANGRE (PRIMER LIBRO DE LA SAGA AES)

49. Los demonios más peligrosos son los que se ven como humanos (Maratón 2/3)

Massimo

Desde que nací supe que mi vida no sería fácil, sobre todo si se asimila que mi padre es el alfa de todos los lobos existentes en esta ciudad. Daniel Mcfly el hombre que me enseño que los demonios más peligrosos son los que se ven como humanos.

Mi padre es una bestia sin corazón, está lleno de ambición y desde que tengo memoria odia compartir el poder con las otras élites, en especial con los vampiros puros, que son débiles a la hora de lastimar a humanos porque creen que estos son sus amigos. 

Los vampiros puros no se ensucian las manos, los lobos somos los que tenemos que conseguir su comida para que estos no desaten su oscuridad y vuelva todo un caos. Los lobos somos como las niñeras de vampiros que esconden el deseo de ser traviesos, pero en este punto ya estamos cansando de esto.

Nosotros matamos, secuestramos híbridos y mantenemos la cadena alimenticia en equilibrio porque hay un trato, mismo trato que mi padre está pensando terminar al unirse de manera secreta con los guías. 

Todo es su plan, desde que respire por primera vez colocaron sobre mi espalda la responsabilidad de acabar con el líder legítimo de los vampiros puros, el cual debería ser Samael, pero este se escapó, así que ahora mi piedra en los zapatos es Vincent un cuatro ojos que se esconde en una biblioteca como su padre. Es una estupidez visualizarlo como la competencia, soy más fuerte y nunca dudaría a la hora de matar mientras ese tipo nunca ha llenado sus manos de sangre.

Es muy ingenuo y débil, no es competencia para mí e incluso su prometida lo sabe en el momento que se siente más atraída hacia mí que hacia él. Pensaba tomar eso como ventaja y hacerla suplicar, humillarla y luego tirarla a la nada, pero hay algo más interesante que ella.

Daimon Acatriel, un beta que llamo mi atención al notar que estaba impregnado con el olor de mi supuesto enemigo, en un principio fue curiosidad ¿Por qué Vincent lo había mordido y dejado su veneno? Quería saber que tenía ese lobo de especial.

Y en definitiva tuve mi respuesta cuando vi como torturaba a esos hombres, sin piedad ni miedo, la forma en la que disfrutaba matando me hizo sentir atraído, nunca había encontrado a alguien como yo, sin humanidad. Mi madre dijo una vez que lo que le atrajo de mi padre fue que no ocultaba su lado malo, era real y no fingía ser correcto o perfecto, así que crecí con la idea de buscar alguien tan retorcido como yo, que se emocione al ver llorar y suplicar a los demás.

Pero había un problema, Vincent, que parecía estar dispuesto a mantener a Daimon lejos de mí, hasta el punto de utilizar sus poderes de manera infantil.

— Yo te ayudo, deja y...— me apresuré a decir para a ayudar a Daimon a limpiar su ropa, pero este me ignoro.

— Si me disculpa, voy a regresar a mi edificio — Exclamo enojado antes de levantarse de la mesa y caminar lejos de aquí.

Mire el guante que tenía en mi mano dispuesto a emplear esto como excusa para seguirlo, así que me levanté de la mesa, fui detrás de Daimon, pero a mitad de camino Vincent me detuvo.

— Esto no te pertenece— me quito el guante de la mano utilizando por primera vez su fuerza de vampiro.

Lo miré sorprendido, me miraba como si quisiera desaparecerme... El chico que evita el combate directo y que prefiere solucionar los problemas con el diálogo y la paz estaba deseando pelear conmigo ¿Eres imbécil? Si te atreves a levantar un dedo sobre mí, estás muerto. No habrá trato que te proteja.

— A ti tampoco te pertenece— resalte refiriéndome a todo menos al guante.

Este se acercó a mí y de repente sus ojos se colocaron amarillos, lo cual solo significa una sola cosa. Los vampiros de sangre pura pasan por una etapa de maduración en la que tienen que beber sangre, mi padre es el encargado de comprar y secuestrar a niños híbridos, para que los vampiros por una noche drenen la sangre de un niño, le roben su energía vital teniendo relaciones y al día siguiente sean vampiros completos.