30. Prepara tu comida antes de devorarla

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Narrador omnisciente

Vincent estaba aterrado por lo que su cuerpo sentía porque sabía que estaba a punto de perder el control. Miro el cuello de Daimon y se estremeció a sentir que sus colmillos se estaban afilando, dispuesto a alimentarse de lo prohibido.

— Dolerá si lo hago— susurro aquel vampiro sediento, que estaba preocupado por lastimar aquel lobito que se veía indefenso ante sus ojos.

Daimon sabía que dolería, reconocía que en esta ocasión iba a ser el atacado, pero por alguna extraña razón quería seguir con esto, no por la misión, por algo más.

— A veces el dolor es más placentero que todo lo demás — Daimon pegó más su cuerpo que estaba mojado contra el de Vincent, que estaba teniendo un debate interno en su cabeza de lo que estaba bien y lo que estaba mal— ¿Quieres que te lo demuestre?— el lobo que tenía más experiencia se acercó a la oreja de aquel vampiro inocente y la mordió lentamente.

Vincent trago saliva, nervioso al sentir los latidos y la respiración de Daimon tan cerca.

— ¿Y si no puedo detenerme?— volvió a cuestionar el vampiro que se estremecía ante el toque de su acompañante.

Daimon abrió la llave que estaba detrás de Vincent, haciendo que ambos se mojaran con el agua caliente que salía de esta.

— Nadie te está pidiendo que lo hagas, yo quiero todo lo contrario— Daimon pegó a Vincent en la pared con brusquedad para que su ropa se mojara por completo.

El vampiro acabó con su poca cordura, miró a aquel chico que solo vestía una toalla que se comenzaba a transparentar por el agua y cambio la posición de ambos haciendo que la mejilla del lobo se pegará a la pared.

Vincent tocó el cuello de Daimon con su nariz, haciendo que este inconscientemente se moviera un poco para darle espacio.

El vampiro pegó sus labios y chupo suavemente esta zona antes de enterar sus dientes en esta parte de su cuerpo, haciendo que el lobo indefenso tuviera que apoyar sus manos en la pared ante el dolor. Para Daimon era como si le estuvieran inyectando un veneno directamente en su cuerpo que hacía que sintiera un ardor impresionante desde su cuello hasta su pecho.

Vincent estaba perdido en aquel sabor dulce y adictivo que le brindaba la sangre. Era la primera vez que mordía a alguien, que probaba la sangre y sentía que su cuerpo y mente estaban emocionando de una forma peligrosa.

El vampiro pasó una de sus manos por el abdomen del chico moreno para acercarlo más a él, para probar todo de él.

— Mmm— se mordió el labio Daimon tratando de contener los sonidos que se querían escapar de su boca.

El dolor era abrumador para Daimon nunca había sentido algo parecido. Mientras esté trataba de controlar el sufrimiento de su cuerpo, Vincent estaba dejando salir todo el éxtasis y descontrol de sí mismo.

— ¿Solo vas a morder ahí?— Pregunto Daimon colocando su mano encima de la de Vincent haciendo que este se detuviera por el terror que sentía al pensar que lo lastimaría.

Daimon aprovecho que el vampiro dejo su cuello por unos minutos y se volteó para encontrarse con un Vincent con la boca manchada con su sangre con ganas de aprovecharse más de su cuerpo.

— ¿No quieres hacer algo más?— Daimon cerro la llave y acercó su  mano al centro de aquel chico.

El lobo apretó la entrepierna del vampiro que estaba completamente excitado.

— ¿Puedo?— cuestionó Daimon queriendo abrir el pantalón del otro para liberar su frustración.

Este asintió mordiéndose el labio, lastimándose así mismo sin darse cuenta.

AMOR ESCRITO CON SANGRE (PRIMER LIBRO DE LA SAGA AES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora