AMOR ESCRITO CON SANGRE (PRIMER LIBRO DE LA SAGA AES)

16. Bradley

Mi familia siempre ha sido muy religiosa hasta el punto que desde pequeños a mi hermano y a mí nuestros padres nos hicieron aprender lo que dice la biblia al derecho al revés. Nos enseñaron la importancia de hablar con Dios y visitarlo en su casa, es decir, la iglesia así que todos los domingos nos levantábamos temprano para escuchar la palabra y alabanzas de Dios.

Desde muy pequeños tenía muchas dudas, por ejemplo todos los domingos había una mujer que se ponía hablar en un idioma raro y a moverse en medio de la misa como si estuviera poseída, incluso había unas que vomitan cuando el sacerdote tocaba sus frentes. Intente preguntarle a mamá porque pasaba eso y ella solo dijo que esas mujeres están sintiendo la presencia de Dios y que no dudará ni cuestionara eso.

Ese día me miró como si hubiese preguntado lo peor del mundo no entendí muy bien su razón, únicamente sé que no volví a preguntarle a ella nada con respecto a la religión.

— Brando hoy de nuevo la señora que te conté volvió a desmayarse en la iglesia ¿Será que el sacerdote es vampiro o lobo y utiliza sus poderes para curar a esas mujeres? — pregunté en tono bajo esperando que mamá no escuchará.

Mi primo Brando en ese momento tenía 12 años y se estaba quedando en mi casa porque su madre decidió irse unos meses a otra ciudad con un hombre que a mi madre no le agrada. 

Desde que tengo memoria mi primo se queda en casa incluso meses enteros porque su madre siempre está buscando a otro marido. Normalmente, mis otras dos primas se quedan con la abuela y Brando con nosotros porque mi primo y yo somos muy unidos desde pequeños y nuestras madres notan eso.

— No creó, tal vez simplemente es más inteligente que los otros— murmuró.

No entendí a qué se refería así que levanté mis hombros en señal de eso.

— Mi madre dice que todos los que asisten a esa iglesia donan la mitad de su sueldo a ese lugar y por eso los sacerdotes y pastores tienen autos de últimos modelos y tienen casas bonitas... Así que ellos hacen creer que te salvan en nombre de Dios y tú lo crees y das dinero— sugirió con tranquilidad jugando con una pelota que tenía en mis juguetes.

Aún estamos pequeños para saber que clase de guías somos, pero estoy seguro de que él será un clase A, es muy inteligente.

— No sé... Yo siento que si ayudan— murmuré.

Si hay tanta gente en la iglesia los domingos es porque hace algo bien.

— ¿Ayudan? ¿Sabes que ellos fueron los que se encargaron de divulgar que mi madre se había separado de mi papá para irse con otro? Le cerraron la puerta de la iglesia y ahora todos hablan mal de mamá sin saber que mi madre dejo a ese hombre porque la golpeaba — expuso molesto.

Pero está mal lo que tu mamá hace, una mujer no puede estar con varios hombres, tiene que serle fiel a un solo hombre y casarse con este hasta que se mueran.

— Yo sé que varias personas de la iglesia comenzaron a comentar eso, pero no es como si fuera un secreto tu madre viene y va con tipos que apenas conoce, y no le importa dejarlos a ustedes— dije sin pensar.

Mi madre siempre decía eso cuando creía que yo estaba dormido. 

Mi primo a escuchar mis palabras me miró como si mis palabras le hubiesen dolido.

— ¿Estás diciendo que no le importo a mi mamá?— cuestionó mirándome como si quisiera llorar.

Ese día no supe que responder, pero fue la primera vez que me di cuenta de que podía herir a alguien con mis palabras.

Ambos estábamos pequeños en ese momento, el enojo de mi primo no duró mucho así que hable con él pedí perdón y él me disculpo como siempre aun cuando mis palabras le hubiesen dolido.