Capitulo 22

117 16 58
                                    

Lo abrazo con fuerza, un millar de llamas se extendieron por el cuerpo de Hinata; llamas que la abrazaban y la enardecían cuando se encontraron en la zona ardiente de su muslos, donde quería tenerle.

Naruto se apartó de sus labios para deslizar la lengua a lo largo de su piel, dejando un sendero de fuego hasta su garganta, el lóbulo de la oreja y el cuello.

A pesar de que ella había sido su primera vez, parecía conocer las partes erógenas del cuerpo de una mujer

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

A pesar de que ella había sido su primera vez, parecía conocer las partes erógenas del cuerpo de una mujer.

Y más aún, sabía cómo usar las manos y la lengua para masajearle con el fin de darle un máximo placer.

Exhalo aire con suavidad sobre la oreja de Hinata, provocando una serie de escalofríos que la recorrieron de arriba abajo; y cuando la acarició con su lengua la parte interna, ella se estremeció de pies a cabeza.

Sintió un hormigueo en los pechos, que se le endurecieron hasta convertirse en dos duras protuberancias que suplicaban los besos del chico.

—Naruto —gimió, incapaz de reconocer su propia voz.

Su mente le ordenaba que lo detuviera, pero las palabras se le quedaron atascadas en la garganta.

Había tanto poder en sus caricias...Tanta magia...La dejaban con ganas de muchos más.

Naruto le hizo darse la vuelta y la aprisionó contra el colchón. Incluso a través del vestido de satén, Hinata percibía su erección, cálida y dura, presionando contra su cadera mientras el chico le aferraba las nalgas con las manos y respiraba de forma entrecortada junto a su oreja.

—Tienes que parar —le dijo Hinata con voz débil.

—¿Parar el qué? —le pregunto él—. ¿Esto? —y le rodeó la oreja con la lengua.

Hinata gimió de placer. Los escalofríos le recorrían como si fueran ascuas al rojo vivo, abrasando cada centímetro de su piel. Sus pechos se hincharon aun más contra el torso del chico.

—¿O esto? —Naruto le introdujo una mano bajo la cinturilla elástica de las bragas para tocarla donde más deseaba.

Hinata estuvo a punto de perder la cabeza y arqueó la espalda en respuesta a las caricias de esa mano que se movía entre sus piernas.
¡Dios, ese chico era increíble!

Naruto la rodeó con un solo dedo aquella carne tierna y trémula, haciéndola arder antes de penetrarla con dos dedos hasta el fondo. Movió los dedos en círculos para estimularla y acariciarla mientras masajeaba con suavidad el clitoris con el pulgar.

—¡Ooh! —gimió Hinata, que no pudo evitar echar la cabeza hacia atrás debido a la intensidad del placer.

Se aferró a Naruto mientras los dedos y la lengua del chico continuaban con su implacable y delicioso asalto. Ya fuera de control Hinata empezó a frotarse contra él.

 Enamorada de mi cuñado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora