Capitulo 25

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Aquella mañana Hinata se despertó tarde y se encontró sola en la cama. Una cama mucho más grande y cómoda que la suya: olía a sándalo, tomillo y un ligero perfume a nogal.

No era su habitación. Cuando sus ojos se adaptaron se dio cuenta de que era el cuarto del príncipe; con las almohadas tiradas alrededor del suelo sobre la alfombra de piel, las cortinas echadas hacia un lado, dejando que la luz del sol diera sobre su rostro; recordó la noche anterior y todo lo que había vivido hasta ahora.

Se lavó en el baño, y se vistió ansiosa con la bata por ver a Naruto antes de pasar todo el día con Ino y Tenten.

Cuando bajo la escalera principal, descubrió al rey Minato y a Mikoto junto a Naruto en el salón de visitas. Se detuvo un momento, se preparó para lo que estaba por venir y siguió adelante.

Naruto la vio acercarse y se reunió con ella al final de la escalera.

—Buenos días, cuñadita —le susurro con una sonrisa traviesa en el rostro—. ¿O prefieres que te diga "amor"?

Su mirada seguía igual de cálida y agradecida y hablaba por sí sola.

—¿Ha ocurrido algo? —pregunto ella.

—Debo irme con Minato. Nos han informado que han visto a unos rebeldes en la plaza, y también hay otros asuntos que debo atender.

Ella esbozó una sonrisa educada en dirección a Minato y la madre de Sasuke.

—Buenos días, milord. Señorita Mikoto —les dijo.

Minato asintió caballerosamente a modo de saludo. Mientras que Mikoto se dignó solamente a ladear la cabeza, con cierto aburrimiento.

Entonces ella volvió a centrar toda su atención en Naruto, le observó el rostro y advirtió la tirantez que rodeaba sus labios.

—¿Hay algo más? ¿Algo que me estés ocultando?

Él negó con la cabeza.

—Sólo me preocupa dejarte aquí. Le he pedido a Sasuke que se quede contigo, es el único además de mi capaz de protegerte, aunque preferiría hacerlo yo mismo. Siempre me doy la vuelta, ocurre algo malo y...

Hinata le posó los dedos en los labios y le hizo callar.

—Silencio. Estaré bien con Sasuke. Y mis amigas también están aquí.

—No me quedaría tranquilo ni dejándote con la guardia real...

—Pues quédate —le respondió ella con sencillez—. Que sea Sasuke quien acompañe a tu padre.

—No puedo. Sasuke no participa en estas cosas, hace mucho que renuncio a eso y hay algunos asuntos que debo resolver. Además de buscar a tu acosador...

Hinata se tapó la boca con las manos y sus ojos se llenaron de lágrimas.

Había recordado aquel momento.

—Dime que son lágrimas de felicidad.

—Sí y no. Te amo —le susurro ella, sonrojada.

Naruto esbozó una sonrisa tímida.

—Volveré lo antes que pueda. Intenta no meterte en líos mientras no estoy aquí, por favor.

****

—Sí, Tenten —le contestó Hinata mientras se terminaba de arreglar frente al tocador—. Ya pasó. Estoy bien.

—Pues no lo parece —replicó Tenten con escepticismo—. Todavía pareces un poco abatida.

 Enamorada de mi cuñado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora