Capitulo 23

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Sasuke regresó al comedor con la esperanza de poder disculparse con Hinata.

—¿Donde está Hinata? —le pregunto a su madre cuando no la encontró.

—Mi querido niño, ¿acaso no saludas a tu madre primero? —Mikoto ni se inmutó. Siguió bebiendo de su té—. ¿No te has cruzado con ella?

 ¿No te has cruzado con ella?

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—No, no la encuentro.

—Seguramente está en su habitación.

Sasuke frunció el ceño.

—¿Estás segura?

—Claro. Ino me informó que estaría tomando una siesta hasta la hora de la cena.

Antes de que pudiera preguntarle cualquier otra cosa la nueva asistente de su madre, Temari vestida con un conservador traje negro y con unos papeles en la mano entró en el salón.

Se detuvo en la puerta y se quitó el abrigo para dejarlo en la percha de la esquina.

—No se puede negar que ya vienen los acuerdos públicos —le comentó a Mikoto—. He tenido que subir como ocho pisos por las escaleras del concejal porque el edifico era enorme. Y ahora, ¿que otro trabajo tiene para mi?

—Hola, Temari —la saludó Mikoto con jovialidad mientras pasaba la mano sobre un libro de geografía y estrategias militares—. Por ahora no tengo nada más. Sólo que ayudes a mi hijo y avises a Hinata Hyuga que la está buscando. Debe estar con el guardia nuevo que se quedó vigilando la entrada...

Sasuke se quedó meditabundo.

—No, espere —dijo Temari—. No había horarios y ningún movimiento en la agenda de un soldado que fuera a custodiar la habitación de Hinata...

—¿Has dicho que no había ninguna anotación? —le pregunto Sasuke a la chica.

—Exacto. Me parece un movimiento extraño, me habría enterado de ser así...

Sasuke no espero a que Temari terminara de hablar. Dio un golpe en la mesa y salió corriendo del salón en dirección a las habitaciones residenciales. Con el corazón en un puño, solo podía pensar en llegar hasta Hinata lo antes posible.

Fue entonces cuando se dio cuenta de que escuchaba unas voces provenir de la habitación y parecían alarmantes.

Un escalofrío le recorrió la espalda al comprender lo que podría estar pasando.

Naruto le había mantenido al tanto de los sucesos adyacentes con respecto al acosador de Hinata.

Se llamaba Hidan, y lo habían expulsado después de que intentara quién sabe qué hacer con ella.

Hidan se había colado de alguna forma y había modificado los trabajos de los guardias. Estaba seguro.

De repente, se escuchó un grito sofocado tras las puertas cerradas de la habitación de Hinata.

 Enamorada de mi cuñado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora