Capitulo 34

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Acobardada, se obligó a enfrentar la mirada de su prometido.

—No puedo continuar —dijo con timidez—. Lo siento... Eres un excelente chico, te lo dije una vez, pero no es lo que quiero. Si este era el plan de Mikoto...

—Y habría salido a la perfección si tú no te hubieras estado acostando con el hombre equivocado —exclamó Mikoto—. ¿Que mierda les ocurre a ustedes dos, por todos los santos?

Desde luego, no era el tipo de discusión que nadie quisiera mantener frente a una multitud. Hinata vaciló un instante antes de levantar la vista hacia Naruto, que la miraba con una sonrisa socarrona y que parecía estarse divirtiendo con la escena dramática que había provocado.

Durante el prolongado silencio, Minato consiguió unir todas las piezas en su cabeza, tras lo cual miró alternativamente a Hinata y a Sasuke con evidente asombro.

—De modo que esa fue la razón de que insistieras tanto en dar un paseo hoy con lady Haruno. ¡Ustedes dos ya se habían confesado sus sentimientos!

—Yo también formaba parte de esto —confesó Sakura, de pronto, abriéndose paso entre la multitud, decidida a echarse la culpa.

Minato hizo oídos sordos al comentario y permaneció con la vista clavada en el rostro de Sasuke, que no mostraba señal alguna de arrepentimiento.

Pero fue Mikoto quien habló.

—Santo Dios, ¿es que no respetan nada?

—Si hay algo que merezca mi respeto, lady Uchiha —replicó Sakura con elegancia—, aún no lo he descubierto.

De haberse encontrado en otras circunstancias, Hinata se hubiera echado a reír ante la expresión de odio de la reina.

Ella observa cómo la mano de Sasuke se aprieta a la de Sakura. Por una vez, siente cómo si la reina quisiera inmiscuirse en los pensamientos de todos.

—¿Tienes algún problema, Sakura? —la mira mordaz—. Hasta hace poco estabas encantada con los planes que teníamos para ti.

—Usted debe saberlo más que nadie —responde ella bruscamente—. Los planes cambian, y nunca estuve de acuerdo. Me obligó a hacerlo.

La reina abre desmesuradamente los ojos, sorprendida por su exabrupto. Hinata suponía que nunca nadie le había hablado así, y eso la hacía sentir una perdedora. Pero la sensación no duraría mucho.

De repente, Mikoto empuja a Sakura sacudiéndola y está cae al suelo de bruces con un golpe resonante. Parecía que cada uno de sus huesos resuenan y el cuello le cruje, cuando la chica intenta levantarse la reina la toma del cabello para echarle la cabeza hacia atrás hasta hacerla ver estrellas de color azul claro.

—¡Madre! —grita Sasuke, aunque su voz parecía proceder de muy lejos—. ¡Madre, detente!

Una mano se cierra en el cuello de Sakura, la sostiene al tiempo que Hinata casi palidece al ver la expresión de terror de la chica.

—¡Jamás volverás a hablarme así! —dice Mikoto, tan enojada que ni siquiera se molesta en susurrar para que todo el mundo presente escuchará—. ¡Nadie debería atreverse a hacerlo!

Sakura trató de zafarse pero la apretaba fuertemente con el puño, así que aunque ella quisiera, no podía hacerle saber que estaba de acuerdo con ella.

¿Por que no la mata y ya? Jadea Hinata mientras busca aire como si de Sakura se trataba.

Ahora era el turno de Hinata. Cuando la reina le clava la mirada, no pudo evitar sentirse inmóvil. Como si su cuerpo ya no perteneciera a ella, sino a la mujer intimidante delante suyo.

 Enamorada de mi cuñado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora