Capitulo 30

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Hinata se concentraba en poner un pie delante del otro cuando lo único que quería era darse la vuelta, buscar a Naruto y arrojarse sobre él para darle una paliza.

—Ese molesto y pomposo mequetrefe...

—Cálmate —escuchó que Kakashi le decía en voz baja—. Naruto parece que se levantó de un humor de perros... al parecer no durmió bien anoche. Y a decir verdad, no me gustaría tener que pelearme con él para defenderte. Soy bueno con la armas, pero con los puños no.

—¿Por qué? —pregunto Hinata en un murmullo—. Tu brazo es más largo que él de Naruto.

—Pero él posee el gancho de derecha más brutal que he visto en la vida. Nadie le gana a Naruto en una pelea limpia a puños.

Eso arrancó una carcajada a Hinata.

La verdad estaba muy consciente del estado físico de Naruto y cuánto trabajaba en mantenerse en forma. Sus hombros, incluso sus brazos eran gruesos y siempre ocultos bajo su camisa y su chaleco; dejaban mucho que desear con esos músculos. Hinata se estremeció de solo recordarlo.

–¿Te has peleado mucho con él? —pregunto ella.

—No desde que estaba más joven y me tocó enseñarlo a defenderse. Siempre se metía en problemas en la escuela. Solía frustrarse cuando las cosas no le salían a la perfección y yo solía retarlo para asegurarme de que nunca tratara de rendirse. Por aquí... ¿quieres que caminemos por los jardines?

Hinata dudo un instante al recordar lo que Tenten una vez le había contado de Kakashi, y sus diversas aventuras con sus alumnas antes de ella.

Aunque lo conocía bastante bien, no podía imaginarse que la amabilidad y la atención del hombre fuera más allá que mera condescendencia.

—No estoy segura de que sea buena idea.

Kakashi sonrió.
–¿Y si te prometo que no me tomare libertades contigo? No me tengas miedo.

Tras considerarlo un momento, accedió.
—Está bien.

El institutriz la guió a través de un frondoso bosquecillo, a lo largo de un camino de adoquines.

—Debería advertirte que, a veces mis promesas no las cumplo con total honestidad —contestó él con despreocupación.

—En ese caso, yo te advierto que mi puño es mil veces más fuerte que él de Naruto.

Kakashi se rio.

—Dime, querida niña, ¿cual es la causa de tu hostilidad?

Hinata pensó por un momento en que responder, pero decidió dejarlo pasar, no creía que fuera necesario que Kakashi se enterara de sus reacciones tontas e inmaduras.

—Me temo que fue una pelea tonta con mis amigas —replicó ella— Y Naruto no me ayudó portándose como un patan lleno de prejuicios y el muchas veces me considera una mocosa de mal carácter —se encogió de hombros—. Tal vez ambos tengamos razón.

—Yo creo que ninguno de los dos la tiene —murmuró el platinado.

—Bueno, a decir verdad...tengo algo de mocosa de mal carácter —admitió Hinata.

Kakashi hizo una mueca de humor reprimido.

—¿Eso es cierto?

Ella asintió.

—Me gusta salirme con la mía y me esfuerzo bastante cuando no lo logro. De hecho, me han dicho muchas veces que mi carácter es como él de mi padre, que es minero en una constructora en el pueblo.

 Enamorada de mi cuñado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora