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25. No me apetece ir

SAMARA

Mi vida es una montaña rusa de repetitivos desastres. Alex y Erick se han peleado por mi culpa. Me la he pasado nerviosa por mi viaje a Aruba y mi hermano furioso por ello. Todo me irrita últimamente y a veces solo siento deseos de desaparecer.

Erick me sigue hasta el viejo árbol de siempre y se deja caer a mi lado. Las clases ya están por terminar, se viene el baile de la prom y yo no tengo muchos ánimos para participar en nada.

— ¿No piensas asistir?

—No tengo ganas ni cabeza para ello.

—Has estado practicando para el número de fin de curso con el grupo de baile, supongo que esperan que asistas.

—En todo caso voy, me presento en el baile y me largo. —Se queda en silencio y su mirada sobre mí se torna divertida.

— ¿Qué? ¿Por qué me miras así?

— ¿Ya te he dicho lo hermosa que eres? —Pongo los ojos en blanco y volteo la cabeza hacia otro lado para ocultar una sonrisa.

—Anda, vente conmigo al baile.

Niego esta vez, dejando salir la risa. Ya me imagino la cara de Alex viéndome salir con Erick hacia el baile en plan de parejita romántica. Ha estado algo, no, demasiado irascible. No me habla y evita mirarme o siquiera encontrarse conmigo por los pasillos. No sé cómo no nos asfixiamos ambos cuando estamos en su auto de camino a la escuela, con tantos sentimientos cargados en ese espacio cerrado. Ni una mirada me lanza por el retrovisor. Yo simplemente no le quiero reñir por nada más. Quiero ir a ver a Christine y una discusión con él solo podría empeorarlo todo, ya luego nos encargaremos del asunto entre Erick y yo.

Erick cierra el espacio entre los dos y acerca su boca a mi frente dejando un beso.

—Me encantaría ir al baile contigo y luego hacerte el amor.

Mis mejillas se encienden al rojo vivo. Lo rodeo con mis brazos y nuestros labios se buscan con libertad y mucha necesidad. Siento su mano acariciándome un brazo y luego subir hasta acunar parte de mi cuello y mis mejillas. Enredo mis dedos en su cabello y me pego más a su cuerpo.

Él me toma por las caderas y cuando está a punto de subirme a su regazo, un carraspeo nos interrumpe. Yo salto en mi sitio algo nerviosa y giro para encontrarme con la mirada de Sisi.

—Siento interrumpir. ¿Podemos hablar? —dice con seriedad mirando a Erick, pero en el momento supongo que me habla a mí.

—Voy enseguida —respondo. Ella arruga su frente y me ofrece una sonrisa de labios rectos y cerrados.

—Me refiero a Erick. —Él y yo nos miramos y luego la miramos a ella.

¿Qué quiere hablar con él?

Si debo adivinar, seguro se trata de algo relacionado con mi cumpleaños.

—Ah. Los dejo solos para que hablen —murmuro poniendo los ojos en blanco.

Erick me mira como quien no sabe de qué va esto y yo le sonrío a ambos antes de empezar a caminar. A pocos pasos detengo la marcha y me giro.

—Si lo que planean es hablar de mi cumpleaños, olvídenlo. No quiero fiesta de ningún tipo. —Ambos ponen cara de póker y retomo el camino.

Las últimas semanas me tienen bastante estresada. Debido a muchas ausencias a lo largo del periodo escolar, debí presentar varios trabajos extras y además apuntarme en la presentación de fin de curso. Aunque yo estoy en las prácticas de baile por decisión propia, no quiero participar en ese numerito porque eso significa que debo asistir al dichoso baile de nuestra promoción. Además, estoy muy segura de que ciertas personitas cuyos nombres no quiero decir, se van a escandalizar con el dichoso baile y ni qué decir del atuendo; nunca en mi vida he lucido algo parecido y mucho menos frente a los demás.