32. La boda

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ALEX


Más de un mes desde el fallecimiento de Jerome y el panorama no pinta claro en ningún lado. No del todo.

Tengo la cabeza hecha un lío con tantas cosas, que a veces quiero tomarme un momento a solas para mí o renunciar a algo de lo cual ni siquiera he firmado contrato.

Christine se marchó dos días después de soltarme la verdad en la cara. Todo me parece demasiado jodido, quizás pueda que también un poco retorcido teniendo en cuenta las circunstancias. Rehuyó de mí y de Sam por demasiado tiempo y justo cuando menos me lo esperaba —cuando tenemos un duelo más que llevar—, ella se presenta soltándome esa bomba que le da un giro a nuestra historia.

Así que mi padre guardaba más secretos de lo que pensaba. Bueno, ambos nos escondían esa verdad que terminó de hacernos polvo con la partida de Christine después de su muerte. Lo peor de todo es la existencia de esa niña. ¿Cómo pudo engañar a mi madre? Ella siempre fue el sol y el norte de esta familia. Creí todo el tiempo que viví a su lado, que él la amaba con intensa locura. Me doy cuenta que no. Porque no se ama a quien lástimas con un acto tan bajo y reprochable como una infidelidad, teniendo en cuenta que eran casados y con hijos.

¿La profesora privada de Samara? ¿En serio, padre? Me he llevado la gran decepción de mi vida.

Siempre lo miré con ojos de admiración. Siempre lo consideré mi modelo a seguir, mi héroe, mi amigo, mi apoyo incondicional. Todo era un teatro, de los baratos. Pues ya no quiero ser como él, no quiero seguir ni uno solo de sus pasos.

Que puto engaño nos hizo vivir. Yo lo creí perfecto a su manera y la desilusión me golpeó un poco tarde para echárselo en cara.

No seré como él. Quiero una familia de verdad. Una con Adrienne. Lo sé. Es ella. Cuando lo sabes, lo sabes. No lo puedo explicar. Sé que muchos se reirían de mí al manifestarlo en voz alta, pero es ella, lo siento en mi pecho, en mi piel y en mi boca cuando la hago desesperadamente mía.

He soñado despierto últimamente con un futuro prometedor a su lado. Si existe alguien en mi vida con quien pueda compartir este plan, es con ella. Ha sido pronto, pero lo hemos hablado, lo hemos discutido después de hacerla temblar entre mis brazos.

Hemos planeado que se irá conmigo a San Francisco cuando cumpla la mayoría de edad y no falta mucho para ello. Ya ha enviado cartas de solicitud a varias universidades de allí y está muy emocionada por empezar esta nueva etapa conmigo. A veces no se lo digo mucho, pero yo también me siento igual, aún con todo lo que nos está sucediendo.

Quiero empezar de nuevo en otro lugar y dejar todo atrás. Nunca voy a olvidar de dónde vengo ni tampoco a mis padres y lo que ellos significan para mí. Me pienso quedar con los recuerdos bonitos porque merezco un futuro lleno de nuevas esperanzas.

Samara ha estado algo decaída estos días. Trata de mantenerse alegre por Erick, aunque sé que no todo está bien. No estoy de acuerdo con que se vaya, pero hará lo que se le dé la gana. Eso también lo sé.

Mucha gente piensa que no me doy cuenta de nada y lo cierto es que lo veo todo, pero me hago el desentendido porque necesito paz, necesito calma y a veces lo que me rodea me arrastra a la tormenta.

Adrienne es mi paz. Me refugio en ella para tener esos instantes. No está bien, pero lo necesito. La necesito.

Entiendo a mi hermana pequeña, que ya no lo es tanto. Es una inmadura aún, sin embargo, quiero verla crecer libre, sana y con la mayor fortaleza posible. Que se recupere de sus heridas y que aprenda a superar lo vivido sin olvidarlo. Me volvería loco sin ella.

Into you © ✔️ [En español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora