SAMARA
Christine por lo general es muy segura de sí misma y de sus decisiones, pero justo en el momento en que atraviesa la puerta de la habitación de Alex, la siento desmoronarse. Las manos le sudan mientras la mirada furiosa de nuestro hermano la traspasa como láser cortándola en diminutos pedazos.
Yo entro con miedo, con expectativas, con ganas de resolverlo todo de una buena vez, pero con el Jesús en la boca porque ya estoy agotada física y mentalmente por tantos conflictos, tantas pérdidas, por estar alejados como hermanos aunque no llevemos la misma sangre. La necesito en mi vida, los necesito a los dos y sé que él también lo hace; sé que la extraña cada día mientras se cae a pedazos por dentro y se reconstruye a sí mismo en silencio, haciéndose el fuerte por mí, por los dos, por nuestro intento de familia.
El abrazo de nuestras manos se intensifica cuando él separa ligeramente sus labios para soltar sentimientos dañinos acumulados.
— ¿Qué hace ella aquí? —me pregunta directamente a mí, sin mirarla—. Dile que se marche de mi habitación.
—Alex, por favor —suplico.
—No quiero verla —asevera—, pídele que salga ya mismo.
—No hables como si no estuviese aquí —murmura Christine bastante dolida.
—Dile que tenga un poco de respeto por la situación —replica nuestro hermano.
—No hagas esto, Alex —pide a nada de quebrarse.
— ¿Alex qué? —La furia empieza a aumentar—. No te quiero ver, Christine; si no te he pedido que te marches de aquí es porque esta no es solamente mi casa y por consideración con los Harris —increpa.
Mi hermana no aguanta más y sale sollozando de la habitación.
— ¡Christine! —le grito, pero ya se ha marchado—. Alex, escúchala, te lo ruego.
—No me ruegues nada, Sam, porque no voy a escuchar sus mentiras.
—Esto es más complicado de lo que piensas —digo acercándome a él.
—Ya veo que te convenció —afirma con la voz afectada por la rabia.
—No se trata de eso, te lo aseguro. Hazlo por ellos, por mí, te lo pido.
—No me pidas eso. —Acaba con el espacio entre los dos y pega su frente con la mía. No puedo evitar llorar.
—Por favor, no es lo que crees, no son mentiras —expreso en medio de lágrimas—. Es algo bastante delicado y difícil para ella, confía en mí.
—Diez minutos...—dice a regañadientes—. Si en ese tiempo no me ha dicho todo yo...
—La buscaré —lo interrumpo y salgo disparada en busca de nuestra hermana.
El primer lugar donde la busco es en mi habitación, pero no está. La llamo mientras paso de habitación en habitación y no hay rastro de ella. El corazón se me dispara contemplando la posibilidad de que se haya marchado de la casa.
Continúo buscando y me tropiezo con Alex en el pasillo.
— ¿Se ha marchado? —pregunta con ironía—. Lo veía venir.
Lo fulmino con la mirada porque si ella se ha marchado es por su culpa.
— ¡Christine! —grito y cuando estoy a punto de despertar a Lulú, me fijo en un haz de luz que proviene del tercer piso.
Cruzo miradas con Alex y lo tomo del brazo obligándolo a subir las escaleras conmigo. Él protesta hasta que nos detenemos en la puerta abierta donde dormimos la noche anterior.
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Into you © ✔️ [En español]
Teen Fiction[Completa] Esta quizás les parezca una típica historia de amor. Pero no hay hombres lobos, ni vampiros, ni brujas, ni seres mágicos... Solo estamos ella y yo. Ella es la luz y la oscuridad. La paz y la guerra. Mi á...