𝘈𝘍𝘛𝘌𝘙 𝘈𝘓𝘓 ☁︎ [#1]

[•26•]

Klhoe Miller.
ESO LO DECIDIRÁ EL TIEMPO

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—¡¿Confundiste sus nombres?!—exclamó riéndose a carcajadas como sí le fuera contado el mejor chiste del mundo.

—Pen, se parecen bastante—respondí contagiándome de su humor.

—No tanto—afirmó mientras seguía muriéndose de risa.

—Igual estaba actuando en piloto automático, ni siquiera sé quién es—reflexioné con culpa.

—¿Alejandro?, es el primo de los mellizos—explicó con obviedad.

—No puede ser—suspiré consternada.

—Yo ni siquiera quería acostarme con él—confesé haciendo que las risa de mi amiga disminuya.—Solo quería sacarme a Axel de la puta cabeza.

—Cariño hay otras maneras, sin que tengas que forzarte a hacer ese tipo de cosas—mencionó con compasión.

—Lo sé pero no pensé las cosas bien.

—Capaz y sí tienen otra oportunidad, solo tienes que dejar que procese lo qué pasó y luego intentar hablar con él—sugirió algo insegura.

—No sé sí él pueda superarlo.

—Eso lo decidirá el tiempo querida, tranquila.

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Axel Davis.

Las persianas eléctricas del cuarto comienzan a abrirse dejando pasar la claridad de un día igual de triste que yo, entre cierro los ojos por la claridad y al voltear a el otro lado de la cama una figura fastidiosa y que al parecer ama quítarme el sueño, que es lo único que hace que mi mente no se vuelva un caos, creo que lo llamo mejor amigo.

—Mierda Dylan, déjame dormir—reproché tapando mi cabeza con las suaves sábanas.

—Axel Daniel Davis Jones, levántate ¿sí?.

Sabe que odio que digan mi nombre completo y por eso me llama así.

—Uno, no me llames por mi nombre completo, pareces a mí madre,  y dos, ¿qué mierda quieres de mí?—me quejé entre las sábanas.

Sentí como se sentó en la cama y no hizo ningún ruido así que de mala gana quité la sabana de mi cara, sus ojos marrones me examinan como sí intenta descifrar algo.

—¿Qué?—interrogué de mala manera.

—Siempre estas como un cascarrabias, pero hoy te sobre pasastes— observó feunciendo el ceño.—¿Algo pasó ayer?.

—No quiero hablar de eso.

Evadiendo su pregunta me levanto al baño seguido rápidamente de él, al darme cuenta que me sigue gruñí en frustración, al entrar me dirigí a la ducha, me retiré los calzoncillos que es lo único que tenía y mientras Dylan en la puerta voltea la mirada a otro lado yo entro a ducharme.

—¿Qué pasó?—inquirió curioso.

Abrí la ducha hasta que estuvo a la temperatura que quise dándome tiempo para volver a evadir la pregunta de mí mejor amigo.

—Klhoe fue con...—mientras me introducía en el agua las palabras no querían salir de mi garganta.

—Con otro—pude sentir como le disgusta la idea de que ella me sigue afectando.—Ya...—duda de lo que quiere decir.—No sé porque te sigue afectando de esa manera...