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Alessandro Lombardi.
"ME ARREPIENTO DE ESO".

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—¿Ya encontraste algo?— pregunté con preocupación mientras los dos miramos la pantalla donde se reproduce la oficina de él padre de Victoria.

Una cámara que colocarla ahí fue un milagro ya que ese repugnante ser casi no sale de ahí, pero con mis encantos y mucha manipulación logré que saliera lo suficiente para poder ponerla en una de las esquinas del cielo raso, y al ser de un tamaño pequeño no logra revelarse.

—Es más difícil de los que crees— bufó la rubia a mi lado.

—¿Y no es más fácil que ella lo denuncie?— inquirí ya irritado.

—No crees que si ella fuera capaz de hacerlo, ¿él ya no estuviera en la cárcel?, las cosas no son tan fáciles— explicó tecleando algunas cosas más en el computador.

—¿¡Entonces me debería de quedar cruzado de brazos y ver cómo mi novia es abusada por su maldito padre!?— grité con fuerza, viendo que había asustado a Klhoe. —Lo siento, yo... no estoy en el mejor momento, mi casa es un puto infierno, más esto se siente como una completa mierda así que perdona por gritarte, no era mi intención.

—Sé que no es fácil Alessandro pero tienes que cooperar con tu actitud, por favor— sus brillantes ojos azules me ven con atención.

—¿Qué es eso?— pregunté cuando se vio a ese infeliz quitar un cuadro de su oficina y teclear unas cosas hasta que abrió lo que parecía ser una caja fuerte, de la que sacó una especie de cassette volviendo a cerrarla

—Lleva haciéndolo días, pero no sé que es— respondió mientras mirábamos con atención la pantalla.

Se acercó a la puerta y le colocó el seguro, camino hasta uno de sus estantes que giró sorpresivamente sacando una mesita con un televisor bastante antiguo.

—Espera...— habló la rubia con sorpresa. —Nunca había sacado ese televisor, solo se llevaba la cinta a otra parte.

Posicionó el televisor frente a uno de los muebles de su espacio que por suerte queda frente a la cámara, así que podremos ver lo que va a hacer, desabrochó la correa de su traje al sentarse y se inclinó insertando la cinta en una especie de lector que comenzó a reproducir lo que parecía ser una película para adultos , y hasta ahí era súper extraño, pero simplemente parecía ser un hombre a punto de masturbarse.

—Alessandro— me llamó en casi un susurro. —Esa no es una mujer— quedé confundido a su comentario pero detallando aquella incomoda escena no parece ser una mujer común del aquel contenido. —Es una niña.

—Mierda.

—Klhoe esto es todo lo que necesitamos, el artículo 2252 del título 18 del código de los Estados Unidos dice que las actividades relacionadas con material que incluye la explotación sexual de menores, como posesión, distribución y recepción de pornografía infantil puede ser penalizada de quince a treinta años de prisión.— expliqué con puntualidad, ella me mira con un atisbo de asombro ya que no todos los días reluce mi interés por el derecho.

—¿Tú acabas de...

—¿Explicarte cómo funciona la ley del país donde vivimos?, sí, algo así hice— contesté con seriedad.— Eso no es lo que nos interesa, podemos enviar esto por un correo a la oficina del comandante de la policía de Los Angeles, mi padre lo conoce y puedo pedirle su contacto.

—Creo que deberías pedírselo ya— expuso mientras quito la pestaña donde se ve a ese repugnante ser tocarse con aquel video.

—Eso haré— afirmé tomando mi teléfono de mi bolsillo para comenzar a teclear hasta que recordé. —Klhoe— la llamé, ella volteó hacia a mi con atención y levantó sus cejas en señal de que estaba atenta. —Hagamos esto después de la graduación, Victoria está muy emocionada con toda la decoración y esas mierdas, así que no se le quiero dañar su momento, yo la convenceré de que se quede en mi casa, así ese infeliz no la vuelve a tocar.

𝘈𝘍𝘛𝘌𝘙 𝘈𝘓𝘓 ☁︎ [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora