Ceniza de luna

Capítulo 2: Chica luna

-.¡Auch! - reclamo Sett mientras la doctora le curaba una pequeña herida en la mejilla con un trozo del algodón mojado en alcohol.

-.¿Por qué te quejas? Esto te lo buscaste solo- le contesto Janna viéndolo a los ojos - ¿Cuántas veces tengo que decirte que no empieces peleas de la nada?

-. Solo estábamos jugando ¡Auch! - seguía quejandose Sett.

-. Deja de quejarte, esto no es nada- contesto al tiempo que guardaba sus cosas - ya acabe, así que puedes irte.

-. Gracias doctora y por favor...

-. ¿Que no le cuente a tu madre, verdad?

-. Por favor... - le pidió agachando sus orejas.

-. No prometo nada si vuelves aquí seguido, ¿comprendes? - le respondió Janna con amabilidad y firmeza, Sett no necesitaba nada más.

-. ¡Gracias doctora! - respondió sonriendo de oreja a oreja y saliendo rápido de la habitación.

-. Es increíble - suspiro Janna riendo para si misma al verlo salir. Pero de la nada entro por la puerta corriendo agitado, Janna se sorprendió por el golpe.

-. ¿Sabe si Alune puede recibir visitas hoy? - le pregunto Sett en la entrada de la enfermería.

-. Creo que sí, no ha venido últimamente... - respondió extrañada y así como vino, el enorme chico pelirrojo se fue.

Janna ya está a acostumbrada a la activa personalidad de Sett, le parecía impresionante como un chico tan joven podía ser tan alto y tener tan desarrollados sus músculos a esa edad, asumía que su genética mixta era la causante de eso, pero los estudiantes vastaya puros que tenía no eran tan imponentes como él, sonreía para si misma orgullosa de que él no se dejará amedrentar por sus compañeros, pero su "ligera" tendencia a la violencia no era algo que apoyaba, pero, aún así Sett lograba ser popular entre sus compañeros y hacia amigos con facilidad, ante todo es un chico amable y carismático.

Sett salio de la enfermería cruzando por un largo pasillo, si Alune podía recibir visitas solo podría estar en un lugar: en el ala de ingeniería, pensaba Sett mientras corría en esa dirección, se veía felíz, aunque le molestaban un poco los nudillos tras haber discutido con otro chico esa misma mañana, ya ni recordaba bien por qué habían peleado, pero algo estaba claro: Sett solo quería darle una paliza, y en efecto lo consiguió.

Era un día soleado, corría por los pasillos de amplios ventanales mientras esquivaba y saluda gente que lo veía pasar, por más tiempo que llevara ahí aún no se acostumbraba, Durandal es enorme, pensaba mientras iba de edificio en edificio buscando al club de ingeniería, hasta que por fin lo encontró, un edificio enorme de 3 plantas, un poco más alejado de la torre principal y los dormitorios, recordaba un chiste interno que tenían en la escuela a cerca de los ingenieros: Si explota, al menos reducimos las bajas. Aún así el edificio era hermoso, una mezcla de arte moderno y art nouveau que encontraban un equilibrio perfecto, en la cima se podía ver una cúpula y justo detrás un pequeño observatorio que nadie parecía apreciar.

-.¿Estará en el laboratorio? - pensó en voz alta mientras contemplaba la enorme puerta que tenía delante, pero estaba demasiado emocionado como para pensarlo demasiado, abrió la puerta de par en par y comenzó a gritar en medio del gran salón con algunos estudiantes que tenían las manos ocupadas llevando libros y materiales, le miraban boquiabiertos - ¡Chica luna!, ¿dónde estás? - gritaba mientras avanzaba por el edificio sonriendo a su paso, luciendo su uniforme rojo en medio de todos los chicos vestidos de azul que se encontraban ahí, algunos estudiantes lo miraban con recelo y otros cuchichaban a su espalda, pero a Sett no le importaban, les regalaba un mirada fulminante y seguía con su camino.