Estaba seguro que solo se sentía mareado, la cabeza le dolía al igual que los ojos, tenía que cubrirlos con sus manos, pues aunque los tuviera cerrados veía un cantidad abrumadora de luces brillantes a su alrededor, era insoportable, se le adormecían los dedos y aún le quemaba la garganta, decir simplemente que le dolía el cuerpo no era suficiente.
Era incómodo, la sensación de perder sensibilidad pero al mismo tiempo ganarla en sus demás sentidos solo lo sobre estimulaban más de lo que podía controlar, sentía que comenzaba a salivar, hizo lo que pudo para respirar con calma, para contener cuanto pudiera las irremediables ganas que tenía de vomitar. No lo logró.
A duras penas llegó al inodoro, era doloroso vomitar pues tenía la garganta cerrada, pero se sintió mejor después de expulsar todo lo que tenía dentro, arcada tras arcada sintió el agrio sabor otra vez por su garganta hasta que no tenía nada más que dejar salir. Ahora estaba agotado, pero seguía viendo las luces, escuchando con insistencia su sangre circulando por su cuerpo, por sus extremidades recorría un incómodo cosquilleo y notó cómo a su alrededor todo parecía tener aura de color brillante flotando a su alrededor, aún le dolía verlo fijamente, se quedó quieto solamente respirando, con los ojos cerrados y la cabeza gacha. Sintió algo frío tocar su mano a pesar de la insensibilidad, alzó la cabeza con cautela y abrió lo ojos despacio al notar que el goteo no se detenía.
Aphelios no dejaba de verse al espejo, tocándose el rostro con inseguridad y al mismo tiempo miedo, rozó con sus dedos su pelo, suspirando cada vez que encontraba en mechón negro en medio de todo el cabello blanco, acarició sus ojos y el tatuaje en su rostro, siguiendo su contorno bajó hasta el cuello de su camisa, se detuvo antes de tocarlo, tomo aire, lo soltó con temor y sus ojos se llenaron de lágrimas al ver las marcas que él mismo se había hecho al intentar ahorcarse con sus manos, lagrimas caían en silencio, sintiendo una nueva de incomodidad cuando tragaba saliva, como si le inquietara ver esas marcas rojizas moviéndose por su cuello, bajo el rostro respirando profundo y agarrando la toalla húmeda que goteaba sobre la mano de Sett. Aphelios se giró a verlo, tomó la toalla en su mano y se la extendió.
—Póntela en el rostro, para que puedas respirar mejor. —hizo las señas despacio, acompañado de un ademán para reforzar sus gestos.
Sett le miró confundido, con la toalla blanca y húmeda teñida de rosa por las cortadas que Aphelios tenía en las manos, la tomó, con una esquina se limpio el rostro y apoyo el resto en su cara con cuidado, la sensación fría era agradable, mucho más fácil respirar con ese filtro para el aire. Después de un rato se sintió mejor, aún un poco débil tras vomitar pero lo suficientemente bien como para levantarse. Y por fin le vio a los ojos, llorosos y rojos con esa sonrisa tímida que siempre ponía cuando intentaba disimular, con las manos entrelazadas y nerviosas en el regazo y una postura lejos de la firme que era habitual.
Aphelios no estaba ahí, era Alune a quien tenía enfrente.
Incluso lo hubiera sabido sin necesidad de ver esa extraña luz blanca a su alrededor, Sett no estaba seguro por qué, pero sabía que esa luz era de Alune y de alguna manera la reconocía, así como sabía que la de Aphelios era violeta, y en su cuerpo no había rastro alguno de morado. Apartó la toalla de su boca e intento tomar aire para hablar, gruñó, le dolía si quiera intentar articular una palabra.
»¿Esto es lo que siente Aphelios todo el tiempo?«
Le dolió pensar en él, le dolió pensar lo mucho que le dolía tomar eso, ¿Cómo soportaba esa sensación y continuaba como si nada? Se fijó en Aphelios, mejor dicho, en Alune, se veía mucho más entera que él, y en su rostro se dibujo una mueca que intentaba disfrazar con su sonrisa para mantener la calma.
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Ceniza de luna
FanficAphelios es el mejor estudiante de la academia Labrys, y miembro del exclusivo Club de armas divinas, un día tras el entrenamiento la directora de la academia anuncia un festival en colaboración con otra academia, la escuela Durandal. Aphelios a sid...