Capítulo 35: Fuego y escombro

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Estaba agotado, el ruido de su corazón hacia insoportable el dolor de cabeza que no sabía si era por el cansancio o la fuerza con la que lo habían golpeado, su propia sangre le impedía ver bien, las piernas y brazos le temblaban tensos y una presión adicional es su pecho le impedía respirar, un mal movimiento y tendría rota otra costilla. Apretó la mandíbula, trono sus nudillos, tragó saliva y escupió sangre, mientras el filo de la guadaña de Kayn cortando el aire esperaba paciente que su presa le diera una última pelea antes de cortarle la cabeza.

«Lo siento.»

Le dijo Aphelios al verlo salir de la ducha la noche anterior.

''No es tu culpa'', quiso decirle, pero incluso en su mente sonaban como palabras vacías. Se le acercó sin decir una palabra, le tomo el rostro y dio su mejor sonrisa.

—¡Voy a estar bien, Phel! —le aseguró, apretando sus mejillas con fuerza para obligarlo a hacer una puchero. Eso le saco a Aphelios una pequeña risa, Sett sonrió aún más.

Aphelios tomó con delicadeza su muñeca y como una petición silenciosa le pidió que bajara su mano para verle a los ojos, una ligera sonrisa se dibujo en el rostro de Aphelios, mientras un suave "Lo sé" salía como una risita susurrada de sus labios.

Pero ahora teniendo a Kayn en frente, comenzaba a dudar de sus propias palabras.

~


Dos golpes metálicos y un grito, un zumbido, el filo de espadas enfrentadas, el aire seco y una fugaz dulce fragancia; Aphelios ya se estaba acostumbrando al combate, a esquivar las peleas de las que sus compañeros se encargarían, evitar golpes que no iban a por él y mas importante aún, centrarse en un único oponente, en Vi.

Un rugido salió de la boca de la chica cuando lanzó de nuevo un golpe contra él, de un salto largo evitó que le acertara, pero eso no impidió que la onda de energía que salía de ella chocará contra él. Sintió el calor pero no el dolor de la quemadura, el veneno suprimía sus sentidos, pero no estaba surgiendo efecto.

«Tengo que beber otro frasco.»

Pensó, sintiendo la última botella que llevaba consigo tintinear en su pecho junto al broche dorado oculto en su bolsillo. Estaba reacio a hacerlo, buscaba el cosquilleo en sus dedos, la energía viajando de su pecho a sus brazos, una voz que no fuera la suya hablando en su cabeza.

Nada.

El ruido de un muro destrozado a su lado cortó por completo el silencio. Esquivó los escombros, pero no tuvo oportunidad contra el golpe que se escondía entre ellos. El puño metálico le dio de lleno, arrastrándolo por la arena mientras el ruido de los engranajes acercándose era cada vez más fuerte.

—Párate, aún estoy calentando. — dijo Vi levantando el polvo de la arena.

Aphelios se puso en guardia y con un giro recargo las armas, ninguno de los dos se tomaba esa pelea a la ligera.

~

—¿Qué pasa, ya te cansaste? — Se burló Kayn de Sett cuando esté levantó los puños en defensa.

—Acércate más, a ver si te oigo mejor. —Le respondió en una risa ladeada. Se trono el cuello, y preparo el siguiente golpe.

Kayn dio una carcajada mientras su cuerpo se disolvía en sombra y se fundía entre los muros. Sett suspiro una risa, centrándose en su oído para saber de dónde atacaría: A la derecha, un trozo de la piedra se desprendió de la pared.

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