Capítulo 11: No importa si él no lo sabe

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Sett lo intentó, intentó entrar a aquel edificio que le decía a gritos que se alejara, solo quería ver a Aphelios, pero no pudo, Garen y Wukong se lo impidieron, le dijeron que era una estupidez, que todo se arreglaría mañana, pero no fue hasta que vio a Caitlyn irse que decidió rendirse, lo vio en sus ojos; había impotencia, frustración, tristeza, ira y melancolía en su mirada, una amalgama tan compleja que no lograba distinguirla bien, ella no le volteo a ver, ni a él ni a la dirección en la que probablemente estaba Aphelios, solo se fue en silencio, resignada por no poder hacer nada.

Él termino yendo al coliseo, alguien debía estar a cargo de ese sitio, además, debía cumplir la promesa que hizo con Talon, así que fue, pero tan pronto pudo regreso a la academia, fue al edificio donde estaba el salón de combate, solo oía golpes a lo lejos, como una y otra vez se destrozaban cosas a la distancia, junto a una densa mezcla de turbia energía espiritual. 

El pecho le dolía, el corazón le dolía.

Talon hablo con él, lo poco que escucho el chico antes de huir de ese edificio fue algo que no comprendía, dijeron cosas como "noctum" y "efectos", Sett ya sabía a qué se referían, pero lo que se quedó clavado, como una espina en su pecho, fue cuando Talon le dijo que Aphelios se denominó a si mismo como "arma".

Necesitaba hacer algo, quería hacer algo, pero para ayudar necesitaba información, tenía que aprender a hablar con Aphelios sin ningún intermediario cuando la voz no podía salir de su garganta, Sett pensó que la manera más directa de confrontarlo sería hablando su lenguaje de señas, así no podría evadir sus preguntas con facilidad. La primera persona en la que pensó fue en Caitlyn, y fue la primera que descarto de su lista, ella no iba ayudarlo, estaba seguro de que le ignoraría y diría que era una perdida de tiempo, así que prefería ahorrarse la molestia de ir por ella. Pensó en una segunda opción: Neeko, ya la había visto hablar con Aphelios y parecían entenderse, una parte de él prefería buscar a otra persona, tenía sus dudas de cómo una chica tan excéntrica podría ayudarle, pero no tenía muchas opciones de dónde elegir.

Sett ya intuía que Aphelios no estaría en el comedor la mañana siguiente, pero aún así guardaba la esperanza de verle, pero no fue así, se consoló a si mismo pensando que le buscaría después y que podrían hablar con calma. Buscó a Neeko en medio del enorme comedor, mientras oía rumores que se esparcían por la sala: "El Rey lo hizo de nuevo, ¡el salón de combate está hecho trizas!"  Y otras voces que también afirmaban: "Mejor ni te acerque ahí, dicen que no a dejado el edificio en toda la noche..."

Sett no sabía que era peor, que todos hablaran de Aphelios a sus espaldas, o que todos lo tomaran como algo frecuente...

Solo tuvo que salir a ver por los pasillos para encontrar a Neeko, quien estaba intentando hablar con una mariposa que estaba en el marco de la ventana, viéndola fijamente y asintiendo periódicamente. Sett suspiro, pensando que era una perdida de tiempo hablar con ella, se dispuso a dar media vuelta e irse, pero Neeko lo interceptó antes de que lo hiciera.

—. ¿Buscas a Neeko? — le preguntó la chica curiosa.

—. Si, pero — respondió, viendo como la mariposa se iba volando —, parecías ocupada...

—. ¡Neeko ahora está libre! — respondió animada, sonriendo de oreja a oreja —. ¿En qué puede ayudar Neeko? — pregunto orgullosa, sacando pecho y colocando los brazos en su cadera con seguridad.

—. Ah... — Sett sabia lo que tenía que decir, pero le daba vergüenza preguntar en voz alta, cuando lo pensó bien se sonrojó ligeramente. Neeko sonrió pícara.

—. ¡Neeko, lo sabe! — dijo en tono muy alto —, ¡Quieres decirle a Aphi que tu...! — fue cortada en seco por Sett, que le tapo la boca con su mano, con el rostro tan rojo como sus orejas, nervioso, haciendo señas de que se callara. Neeko solo comenzó a reír, aún con la mano de Sett cubriéndole el rostro.

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