Capítulo 25: Nada.

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Cuando despertó al día siguiente Aphelios se había ido, no escuchó en que momento se levantó o se dio una ducha, solo percibía el frío espacio vacío que se había acostumbrado a dejar para él en su cama, no era algo que solía hacer, por lo general sentía cuando se levantaba o lo esperaba para salir juntos, y decir por lo general también es un decir, solo había sucedido por tres días seguidos, aunque eran los suficientes como para sentir que se haría rutina. Aún así, la idea de Aphelios saliendo en silencio encajaba con él.

Se alistó y tomo sus cosas, la trenza seguía en su cabello, tejida desde la raíz hasta las puntas, su pelo era un poco más corto que el de Aphelios, no alcanzaba a llegarle a los hombros, y aún así Aphelios se las había ingeniado para dejarla perfecta en su cabeza, además,  tenerla un poco suelta tras dormir tenía su propio encanto, así que la dejo mientras recordaba de manera inconsciente la sensación de Aphelios acariciándole el cabello, junto a la inevitable sonrisa que se formaba en su rostro.


Los días con el festival eran extraños, había entrenamiento pero no clases y podía ver las competencias que quisiera si no se cruzaban con las suyas. El primer día tras el festival se encontró con Vi y Caitlyn entrenando en uno de los salones disponibles, Vi lo vio de reojo y fue a saludarlo mientras Caitlyn tomaba aire.

—. Así que sabes lo que es un cepillo. — preguntó burlona al acercarse.

—. Cambiar no está mal de vez en cuando. — Contestó. Caitlyn se le quedó mirando con sus inquisidores ojos azules, pero más que fijarse en él veía con detalle la trenza en su pelo.

—. Fue Aphelios, ¿no? — no era una pregunta.

—. Si... fue él. — respondió con extrañeza al fijarse en su expresión aparentemente neutra, sin tener claro si su voz reflejaba alivio o envidia.  Y fue aún más confuso cuando la vio sonreír con la esquina de los labios mientras soltaba un suspiro imperceptible.

Tampoco tuvo mucho tiempo para analizar su reacción, el profesor les había llamado para comenzar el entrenamiento, Akali y Kayn llegaron un poco después, listos para entrenar, estaban preparados los equipo,  en la pantalla salían los encuentros y como iban a ser divididos. Y con el pasar de los minutos solo se hacia más obvio lo evidente: Aphelios no iba a llegar.

Después de eso tenía un combate solo, pelea individual cuerpo a cuerpo, su especialidad. Cómo era de esperarse ganó y avanzó a la siguiente ronda, buscó el rostro de sus amigos y se topó con el de Vi, gritándole orgullosa que golpeara a su rival más fuerte mientras levantaba una silla, pero al mirar en la tribuna, no vio esa luna tatuada que estaba buscando.

Cierto, la competencia de tiro.

Pensó, recordando que iba justo después de su pelea. Hizo cuánto pudo para salir lo más rápido de su ring al enorme patio al aire libre donde harían el evento, ni siquiera espero a Vi, solo le gritó emocionado.

—. ¡Vamos tarde!.

La competencia había iniciado, pero aparentemente no se habían perdido de nada especial, todos usaban el mismo tipo de arma y debían disparar todos al mismo blanco alejado, la forma de ganar puntos era sencilla, entre más cerca al centro más puntos ganaban, fácil.

Pasaban estudiantes, algunos mejores que otros, unos maldiciendo cuando fallaban, otros emocionados al ver su puntuación y otros aliviados por salir por fin de eso. Jugar al tiro al blanco no era algo que a Sett le entusiasmara especialmente, pero al ver a Aphelios toda su atención se centro en él, si no fuera porqué el participaba ahí, hacía rato se habría ido.

Aphelios rompió el ambiente del lugar tan pronto puso un pie para avanzar hacía el punto de tiro, su presencia era fuerte y marcada, robando el aire y la atención sin pretenderlo, su figura elegante, la mirada fría e inexpresiva, sus ojos serenos sin brillo. Su mano enguantada de largos y finos dedos agarró el arma, girándola sobre sus dedos como hacía con las suyas propias, se puso en posición, con el rifle apoyado en el hombro y ojo puesto en dónde se suponía había una mirilla que no estaba.

Ceniza de lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora